Madre de Familia
Pirograbado coloreado. (190 x 245 cm.). Año 1979.
Se trata de una presentación iconográfica insólita del grupo/tema tradicional de la Sagrada familia. Un principio de comunión divino-humano abarca toda la Creación: Forma vegetal de la palma mediterránea con dátil bermejo invertido, a la derecha..., el sol de perfollas de oro, en un alto segundo plano, frente al sol vivo que emerge del vientre de la madre..., los mares que patentizan peces mesiánicos (una tradición hebrea anunciaba que el Mesías vendría por el mar), y la forma verde redondeada sin llegar a la perfección del círculo que alude al Universo enigmático y no exacto para el hombre. A la derecha vuela una paloma metamorfoseada en gaviota de malecón cartagenero, que alude al Espíritu por obra y gracia del Cual se alumbra al Hijo en el seno de la mujer.
La figura central es la obvia Madre de Dios, que se presenta con un ostensorio del placido Hijo al da a luz, y al que señala con la mano derecha colosal, que funciona como un ampliado indicador: Porta Caeli…,ad Jesum per Mariam…, Nobis post hoc exilium Ostende… Detrás de la Madre, abrazando su vientre y protegiéndole con su fruto, el padre nutricio de Jesucristo, al que se ha encomendado el ser y la defensa de esa familia.
Hay un progreso, de menos a más, en el espacio: José, María y el Niño, que en un envolvimiento, casi laminación de normas, verticaliza un referente de la presencia sacramental de otra familia altísima -la de la Trinidad- que la de Nazaret muestra y que se hipostasía en ese broche-molinete que rueda sin fin sobre el hombro materno.
En la parte central derecha, un agujero añil alude a la divina apertura del cielo sobre la tierra que, el Salvador del Mundo, obra el Espíritu, planeador.
En la parte inferior, una caracola adornada con un tirso de formas vegetales alude al resonador, al kerigma, que anuncia que el Reino de Dios, en el Niño de esa familia, ha llegado a la tierra.