La obra de Nicolás Salzillo sirve de puente entre la tierra que le acoge y su arte de origen napolitano. Como señalan algunos investigadores, el espíritu versátil de Nicolás Salzillo fue una de sus mejores cualidades ya que sus principales logros se encuentran a medio camino entre "la imitación superficial de la obra de Nicolás de Bussy", y la "sensualidad de carácter dulce de la escultura realizada por Antonio Dupar".
El artista evolucionará paulatinamente hasta mostrar sus mejores trazas en una escultura más amable que sin abandonar la precisión de sus detalles anatómicos, encuentra sus mejores exponentes en la escultura infantil. En esta transición entre etapas destacaría como hecho más relevante la llegada del escultor Antonio Dupar, de origen marsellés, que tuvo gran influencia en el círculo artístico murciano.
A continuación se enumeran algunas de las obras más reseñables del escultor:
Primera Etapa
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San Judas Tadeo. Iglesia de San Miguel, Murcia. Siglo XVIII, hacia 1717.
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San Román Nonato. Iglesia de la Merced, Murcia. Siglo XVIII.
Segunda Etapa
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Santa Catalina. Iglesia de Santa Catalina, Murcia. Siglo XVIII, encargada en 1708.
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San José y el Niño. Iglesia de San Miguel, Murcia. Siglo XVIII.
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Santa Isabel de Hungría. Iglesia del Salvador del Convento de Verónicas, Murcia. Siglo XVIII.
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San Juan de la Cruz. Iglesia de San Lorenzo, Murcia. Principios del siglo XVIII.
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Jesús Nazareno. También atribuida a Nicolás de Bussy. Iglesia de la Merced, Murcia. Siglo XVIII, hacia 1720.
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Cristo de la Columna (escultura atribuida a Nicolás Salzillo). Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, Caravaca de la Cruz. Siglo XVIII.
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San José y el Niño (escultura atribuida a Nicolás Salzillo). Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, Caravaca de la Cruz. Siglo XVIII. 1700-1710.
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Cristo de la Paciencia, Iglesia de Santa Catalina, Murcia. Siglo XVIII.
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San Sebastián. Iglesia de San Bartolomé, Murcia. Hacia 1720.