Hace unos 228 millones de años (a finales del Triásico) en la Región de Murcia reinaba un clima cálido y muy árido, y ésta formaba parte de un sistema de grandes salinas costeras donde sedimentaban arenas silíceas y arcillas procedentes de la alteración de los granitos de la Meseta, y yesos, sal y dolomías procedentes de la precipitación de las sales de las aguas marinas, que periódicamente invadían estas zonas y se evaporaban (paradas 3, 4, y 5).
Hace unos 210 millones de años (durante el Jurásico) la Región pasó a formar parte de una plataforma marina que poco a poco fue fracturándose y quedó dividida en grandes bloques, algunos de los cuales quedaron cerca del nivel del mar pero alejados del continente emergido (sierra de Lugar), mientras que otros se hundieron originando profundas fosas. En estas zonas marinas tan variadas proliferaron innumerables formas de vida, entre las que destacan los ammonites y belemnites (parientes lejanos de los actuales pulpos y sepias) y en sus fondos se depositaron grandes espesores de materiales calcáreos (calizas) ricos en restos fósiles de estos organismos (Ver LIG: sierra de Lugar).
Hace unos 145 millones de años (durante el Cretácico) esta parte de la Región pasó a ser un medio marino muy profundo donde sedimentaron margocalizas y margas ricas en restos de erizos y ammonites, o margas ricas en materia orgánica y areniscas procedentes de abanicos submarinos (turbiditas) y deslizamientos desde zonas más someras (Ver LIG Barranco del Mulo).
Hace unos 65 millones de años (durante el Paleógeno) esta parte de la Región seguía bajo las aguas marinas, donde se depositaron barros y arenas ricas en restos de nummulítidos; seres vivos constituidos por una sola célula, que alcanzaron tamaños centimétricos en esta época, tras la extinción finicretácica, como puede apreciarse en las sierras del Águila o de la Pila.
Hace unos 25 millones de años comienza un periodo de importantes cambios en la geografía de la Región, por la colisión de una pequeña placa con el sureste español, que originó que numerosas formaciones rocosas se plegaran, fracturaran y cabalgaran unas sobre otras (sierras de Lugar, Corque, La Pila, etc.) originándose el actual relieve de Murcia.
Hace unos 10 millones de años los empujes continuaban y gran parte de la región se trasformó en un archipiélago de islas, que bajo un clima cálido posibilitó la proliferación de numerosos arrecifes de coral semejantes a los que actualmente existen en el Caribe (parada 2).
Tras la retirada definitiva del mar hace unos 7 millones de años, los terrenos sufrieron fuertes procesos erosivos, por las aguas de escorrentía que modelaron el relieve y originaron ramblas, crestas, cárcavas, etc.