La primera publicación periódica que se editó en La Unión fue El Faro Unionense, un semanario dirigido por José Hernández Ardieta, quien había trasladado su residencia a esta localidad con el objeto de establecer un centro de Enseñanza Secundaria, al amparo de la libertad de enseñanza que ofrecía la Constitución de 1869. A principios de febrero de 1871 Hernández Ardieta fundó El Faro Unionense con el objetivo de difundir sus ideas librepensadoras entre los trabajadores. "Somos republicanos en toda la amplitud y extensión lógica que pueda darse á esta palabra. No pertenecemos a ningún hombre; no somos mercenarios de ninguna secta, ni siervos de ningún partido. Somos escritores modestísimos, pero tenemos conciencia de nuestra dignidad y de nuestros deberes, de cuyo cumplimiento nadie ha de apartarnos". Hernández Ardieta afirmó en sus Memorias que El Faro Unionense tenía una tirada de 8.000 ejemplares, algo que parece poco probable teniendo en cuenta el alto índice de analfabetismo que existía en estos años. Parece ser que su publicación no alcanzó el año de vida.
Hubo que esperar casi una década para que volviera a existir actividad periodística en La Unión. El 3 de octubre de 1880 apareció el primer número de Mefistófeles, un periódico semanal “de instrucción y recreo consagrado a las ciencias, al comercio, a la industria y a las artes”. Se componía esencialmente de extensos artículos intemporales de contenido literario e histórico y de noticias locales. Mefistófeles editó su último el número el 27 de marzo de 1881. Según su director, Carlos García Esparza, la causa de la desaparición del semanario se debió a que no recibió ayuda de otras personas para seguir adelante con su publicación.
Boom periodístico
La aparición de Mefistófeles fue el inicio del boom periodístico en el municipio. Hay referencias de que en noviembre de 1880 se editó un periódico llamado La Unión, pero su vida debió de ser muy breve. El 1 de mayo de 1881 publicó su primer número El Eco de La Unión, un semanario que presentaba un formato idéntico a Mefistófeles. El Eco de La Unión afirmaba apartarse de la política y tener como lema "Todo para La Unión y por La Unión". En sus páginas incluía noticias locales, ecos de sociedad, reproducción de edictos e informaciones copiadas de periódicos nacionales. El Eco de La Unión suspendió su publicación en septiembre de 1881; si bien reapareció durante unas semanas a principios de 1886.
El Botón, dirigido por Segundo Castillo, fue un periódico de información local. Su primer número se publicó el 3 de septiembre de 1882. No tuvo un excesivo éxito, pues su vida sólo se prolongó durante tres meses. No se conservan ejemplares.
El Minero
El espacio que dejó El Botón fue ocupado por El Minero, que apareció en diciembre de 1882. Era un semanario dirigido por Antonio Sáez que centraba su atención "en informar sobre la actualidad local y en defender los intereses del municipio", en una época en la que La Unión estaba sumida en una crisis económica por el decaimiento de la minería. Por este motivo El Minero pidió la mediación del gobierno para la construcción de un túnel entre La Unión y Portmán con la esperanza de que la mejora de las comunicaciones ayudara a reflotar la economía.
Las páginas de El Minero reflejan algunos acontecimientos históricos que se produjeron en el municipio, como la inauguración del hospital municipal el 1 de julio de 1883 o el decaimiento económico que atravesaba la población por la crisis de la minería. "Aquella animación, aquel movimiento de carruajes y recuas por la Calle Mayor, cargados de mineral en dirección al tranvía o a Cartagena: aquellos pelotones de brasero que diariamente subían a la sierra a ganar un modesto jornal suficiente a las necesidades de su casa, ha desaparecido todo en el breve plazo de tres a cuatro meses. Ahora los carruajes y caballerías se venden por la mitad de su valor, esos pelotones de hombres se alejan, unos al África en busca de trabajo o van de fundición en fundición implorando la caridad pública....cuarenta mil toneladas de mineral de hierro se embarcaban por término medio mensualmente en Portmán que daban ocupación a millones de operarios y ha quedado hoy reducido su movimiento a cero". El Minero dejó de publicarse a finales de abril de 1884.