El primer periódico conocido de esta década es El Hacha, que, al igual que Heraldo de Caravaca, se denominó “semanario independiente defensor de los intereses caravaqueños”. El Hacha empezó a editarse en marzo de 1920 y se mantuvo hasta diciembre de 1921. Incluía noticias municipales, mucha información sobre ecos de sociedad, e incluso un folletín. Muy pocas veces abordó las cuestiones relacionadas con la política local, aunque cuando lo hizo mostró su desacuerdo con la política del alcalde de la época, Amancio Musso y Ruiz de Assín. Asimismo, protestó por las precarias condiciones de trabajo de los jornaleros, la elevada tasa de desempleo y la mala situación de la industria local.
La revista Caravaca fue la primera publicación ilustrada que existió en la localidad. Comenzó a editarse en noviembre de 1921. Se trata de una revista cultural, de periodicidad quincenal, que constaba de 12 páginas, muchas de ellas dedicadas a la publicidad. Se componía esencialmente de poesías, artículos históricos, cuentos, biografías de personajes relevantes y la sección de ecos de sociedad, que estuvo presente en casi todas las publicaciones caravaqueñas. Tenía un tamaño pequeño y un tipo de letra excesivamente grande. A partir del 26 de marzo de 1922 pasó a tener una periodicidad bimensual. Tras este cambio aumentó el número de páginas, que llegó a ser de 30 en el último ejemplar que se conserva, que es el que se publicó el 3 de mayo de 1922.
Las duras críticas de Nueva Era
En 1922 empezó a editarse Nueva Era. Este semanario se define como “publicación independiente” y “órgano defensor de los intereses caravaqueños”. Asimismo, en una ocasión afirmó que “hacemos este periódico para enmienda del mal y aplaudir el bien”. Presumía de tener una tirada de 5.000 ejemplares, algo que no parece que sea cierto. Pese a su proclamada independencia fue un periódico muy combativo que se editó en Cartagena para evitar problemas con las autoridades locales. Criticó con vehemencia a importantes políticos de la localidad, por lo que sorprende que editara más de 60 números y que se publicara durante más de un año.
Nueva Era se alineó a favor de una de las dos facciones de la política local “los vasistas”, lo que le llevó a criticar hasta la saciedad a la otra facción, la de “los maestristas”, encabezada por Amancio Musso y Ruiz de Assín, y, en segundo término, por el entonces alcalde de la localidad, Julián Guerrero López. En la mayoría de sus ejemplares hay ataques personales hacia Amancio Musso. La mayoría de estos artículos fueron redactados por el fundador del periódico, Bartolomé Buendía Solera, quien fue denunciado en varias ocasiones por injurias. El 10 de marzo de 1923 Julián Guerrero abandonó la alcaldía de Caravaca. Nueva Era acogió de forma favorable su sustitución por José María Martínez Sánchez, alineado con “los vasistas”. Desde entonces, el periódico se olvidó de Musso y se centró en informar sobre las Fiestas de Mayo. Una vez finalizados los festejos volvieron las críticas políticas. Nueva Era desapareció al final del verano, o a principios del otoño de 1923.
Con la desaparición de Nueva Era finaliza la época de la prensa política en Caravaca. La subida al poder de Miguel Primo de Rivera en septiembre de 1923 provocó un cambio en la política nacional que se tradujo en una fuerte censura que propició la desaparición de este tipo de prensa. Por tanto, a partir de ahora, los periódicos caravaqueños serán literarios o comerciales. Es el caso de Industrias, una revista comarcal ilustrada, propiedad de Luís de Montortal que apareció en 1925. Industrias constaba de 16 páginas, incluía numerosa publicidad, y en cierto modo, continuó el espíritu de la revista Caravaca. Fue la primera publicación de la localidad que incluyó numerosas fotografías. En sus páginas hubo cabida para todo tipo de temas culturales: poesías, información taurina, ecos de sociedad, deportes, teatro..etc. Solo se conserva un ejemplar.
Década de 1930
A finales de la década de 1920 desaparece La Luz de la Comarca. Ningún periódico le tomó el relevo. La mejora de las comunicaciones con Murcia tras el establecimiento de la línea de transporte realizado por la empresa Alsina en los años 20, y posteriormente la construcción del ferrocarril Murcia-Caravaca, inaugurado en 1933, acabaron con el aislamiento de la comarca y facilitaron la llegada de la prensa regional y nacional.
La única publicación conocida de esta época es un llamativo periódico denominado La Infancia Escolar, editado mensualmente por la Escuela Graduada “La Santa Cruz” en 1936. Los contenidos los escribían niños de entre 10 y 13 años. Los improvisados periodistas contaban sus actividades (excursiones, partidos de futbol…etc.) e incluso se atrevían a expresar sus inquietudes literarias, o a redactar noticias. Su último número conocido se publicó el 1 de octubre de 1936.