Durante las décadas de 1900 y 1910 nacieron muy pocos periódicos, debido a que las dos únicas publicaciones que existieron durante estos años fueron suficientes como para satisfacer las demandas de los caravaqueños. En 1901, cuando la población de Caravaca había visto salir desde hacía casi 20 años a La Luz de la Comarca, apareció un periódico que se denominó El Siglo Nuevo. Cada uno de estos semanarios fue la voz de una tendencia distinta, tendencia que podríamos calificar más de social que de política. Ambos semanarios se editaron en la imprenta de Gonzalo de Haro. Tienen una estructura casi idéntica y su ámbito de influencia fue el mismo: la comarca del Noroeste. La diferencia estriba en que cada publicación estaba dirigida a un tipo de lector diferente. El Siglo Nuevo era un periódico conservador y La Luz de la Comarca tenía unas ideas más liberales.
El Siglo Nuevo fue un semanario que se denominaba independiente. Disponía de corresponsales en Cehegín, Moratalla y Nerpio que informaban sobre las noticias que se producían en estas poblaciones. También publicó artículos literarios y ecos de sociedad. Imitó el estilo de La Luz de la Comarca, tal vez porque creyó que la fórmula que había utilizado esta publicación le había permitido sobrevivir durante varios años. De este modo, El Siglo Nuevo siempre publicó contenidos intemporales en su primera página, habitualmente reportajes extensos (incluso durante un periodo de tiempo imitó la costumbre de La Luz de la Comarca de publicar biografías de “hombres ilustres”). A partir de 1905 descendieron las colaboraciones de los corresponsales comarcales. En contraposición, aumentó el espacio dedicado a la literatura. La política ocupó un importancia secundaria.
Década de 1910
No se conoce la existencia de ningún periódico entre 1901 y 1914. A mediados de 1914 apareció el semanario La Idea, dirigido por Francisco R. Amoraga. Se trata del primer periódico de la localidad vinculado directamente a un partido político. La Idea era el Órgano del Partido y de la Juventud Conservadora. Sólo se conserva un ejemplar en el que muestra un discurso demasiado moderado, nada habitual en la prensa propagandística que se editó durante estos años.
En 1915 se publicó por primera vez Heraldo de Caravaca. Se consideró “semanario independiente, defensor de los intereses caravaqueños”, pero en realidad, estuvo al servicio de Pedro Sebastián de Erice, un político local que fue diputado a Cortes. El periódico no tuvo reparos en criticar a quien atacara a su protegido. Heraldo de Caravaca se publicó hasta 1918. Su desaparición tuvo mucho que ver con el descenso de la influencia política y social de Pedro Sebastián.
La desaparición de El Siglo Nuevo, tras más de 15 años de vida, trajo consigo que en los últimos años de la década de 1910 únicamente se editara en la localidad La Luz de la Comarca. Esta situación, unida a la aparición de un público que demandaba un tipo de prensa diferente, propiciará que a principios de la década siguiente la prensa local viva una etapa de esplendor que no había tenido precedentes.