El primer periódico caravaqueño que ha llegado a nuestros días es El Argos. Esta publicación, que estaba dirigida por Ginés T. Ruiz, publicó su primer número el 20 de mayo de 1877. Se denominó “Semanario de literatura, ciencias, artes, noticias y anuncios”. Respecto a su título afirmó que “hemos querido que sea caravaqueño tomándolo del río que fertiliza nuestro dilatado valle”. Se compuso esencialmente de artículos históricos muy extensos, poesías y reportajes sobre temas de ámbito local y comarcal. Tenía ocho páginas, lo que no era muy habitual en esta época en un semanario. En el último número, publicado el 29 de julio de 1877, rindió un homenaje a Manuel Torrecilla del Puerto y Melgares, redactor del periódico, quien había fallecido recientemente.
En 1882 comenzó a publicarse La Luz, un “periódico de intereses generales, literatura, noticias y anuncios” que salió a la venta hasta 1885. Se trata de un semanario de gran tamaño que salía a la venta los domingos. En sus páginas daba cabida a noticias locales, regionales y nacionales (todas ellas muy breves), contenidos literarios y ecos de sociedad, prescindiendo de la información política. Ante la falta de noticias relevantes rellenaba su espacio con poesías, amplios reportajes, informaciones que copiaban de otros periódicos, e incluso, en alguna ocasión, con resoluciones judiciales que llegaban a ocupar más de una página.
El segundo periódico más longevo de la provincia
El relevo de La Luz fue recogido por La Luz de la Comarca, un semanario que logró la proeza de sobrevivir durante 42 años en los que editó, al menos, 1734 números. La Luz de la Comarca es, tras El Eco de Cartagena, el segundo periódico más longevo de los que se editaron en la provincia durante el periodo anterior a la Guerra Civil. Su fundador y primer director fue José de Haro Martínez. Se editó en la imprenta de Gonzalo de Haro, situada en la calle Mayor 27. Con la aparición de este semanario se inicia la costumbre en la prensa caravaqueña de crear publicaciones de ámbito comarcal.
La Luz de la Comarca constaba de cuatro páginas. La primera plana estaba dedicada a la publicación de contenidos intemporales, normalmente reportajes de gran extensión (en 1892 incluyó biografías de políticos). En la segunda página se publicaban noticias comarcales (La Luz de la Comarca contaba con corresponsales en todos los municipios del Noroeste). La tercera página la dedicaba a la inserción de noticias locales y regionales, y la cuarta página, a la publicación de anuncios publicitarios.
El Baluarte
La Luz de la Comarca cambió su formato entre 1897 y 1898. Siguió siendo semanal, aunque pasó a tener ocho páginas. A partir de este momento adquieren más importancia los artículos de opinión, los reportajes, las cartas al director y las poesías. Las noticias siguen ocupando, más o menos, el mismo espacio que antes. A principios del siglo XX regresó al formato anterior de cuatro páginas, aunque cambió sus contenidos, ya que dejó de contar con la colaboración de los corresponsales de los otros municipios. La Luz de la Comarca pasó por periodos de muchas dificultades, aunque logró sobrevivir hasta finales de la década de 1920.
La última publicación que se fundó en este siglo fue El Baluarte, un periódico que apareció en 1892 y que salía a la venta los jueves y los domingos. Editó unos 200 números, aunque en el Archivo Municipal de Caravaca sólo se conserva uno de ellos. El análisis del mismo indica que seguía una estructura parecida a la de La Luz de la Comarca, pues se componía de noticias locales, comarcales y otras copiadas de periódicos nacionales. Su desaparición pudo estar motivada por problemas económicos, ya que en el único número que ha llegado hasta nosotros, la redacción se quejaba de que algunos suscriptores le debían dinero.