Las herramientas más utilizadas actúan en varios frentes, pero es muy importante tener claro que deben ser herramientas complementarias y nunca excluyentes.
Por un lado se encontrarían las que pretenden preservar determinadas especies. Estas son cuestionadas por considerar inviable proteger una especie aislada de su hábitat, pero son bienvenidas por ser legislaciones utilizables en las peticiones ciudadanas de protección para determinados espacios o hábitat, permitiendo que esas aspiraciones se hagan realidad aun en contra de otros intereses menos respetuosos con el medio ambiente.
Otro conjunto sería las que pretenden preservar determinados espacios y con ello todo lo que constituye dicho hábitat. Son consideradas mucho más ambiciosas, realistas y eficaces que las anteriores por la mayoría de los expertos. Aun así, la experiencia ha demostrado que su eficacia es limitada si se trabaja con espacios escasos y/o de tamaños reducido, mientras que esa eficacia aumenta muy significativamente si el objetivo son cadenas o redes de espacios protegidos bien gestionados e interrelacionados entre si y que además signifiquen un porcentaje importante (15-20%) del territorio gestionado por la administración (Ayuntamiento, Comunidad, Estado...) en cuestión.
Por último y no por ello menos importante, podemos hablar del conjunto de herramientas que pretenden educar al ciudadano en el conocimiento y en el respeto hacia la naturaleza y su diversidad. La mayoría de las veces son herramientas olvidadas o poco consideradas por las administraciones, que las aplican de forma discontinua y siempre dependiendo del ciclo económico del momento. Afortunadamente, la persistencia en la aplicación de las herramientas de la Educación Ambiental por parte de grupos y organizaciones ciudadanas ha aportado la experiencia suficiente que demuestra inequívocamente la importancia que tiene este esfuerzo de mostrar los valores naturales y de concienciar al ciudadano de la necesidad de protección de dichos valores.
Se comentan a continuación de forma sucinta los tres grupos considerados:
Juan Carlos Calvín