El Gobierno de Largo Caballero ordenó el traslado del 72 por ciento de las reservas de oro del Banco de España a Cartagena, para su posterior envío a la Unión Soviética. El Frente Popular eligió Cartagena como puerto de salida por sus grandes cualidades defensivas como principal base naval de la II República, por su situación estratégica en el Mediterráneo y por su condición de zona de retaguardia, alejada del frente de guerra.
Las fuerzas de seguridad trasladaron en cajas de madera las reservas de oro a la Estación del Mediodía de Madrid (actual Atocha). Desde allí, el oro del Banco de España viajó en tren hasta Cartagena, escoltado por las Brigadas Motorizadas del Partido Socialista (PSOE). Una vez en Cartagena, el oro del Banco de España quedó almacenado en el polvorín de La Algameca.
El presidente de la URSS, Josif Stalin, encargó al jefe de los servicios de inteligencia soviéticos en España, Alexander Orlov, la organización del traslado de las reservas de oro a su país. El ministro de Hacienda, Juan Negrín, y Alexander Orlov pactaron el traslado de las reservas a la URSS. Los tanquistas soviéticos de la base de Archena cargaron el oro español en los buques soviéticos atracados en el puerto de Cartagena durante las noches del 22, 23 y 24 de octubre de 1936.
El 25 de octubre de 1936, los buques soviéticos Kine, Kursk, Neva y Volgoles zarparon del puerto de Cartagena en dirección a la Unión Soviética. El oro del Banco de España llegó al puerto ucraniano de Odessa el 2 de noviembre. La Policía Secreta de la URSS se encargó de cargar las reservas de oro en camiones militares. Estos camiones transportaron con una escolta fuertemente armada el oro español hasta Moscú. El oro español llegó a Moscú el 6 de noviembre de 1936. Los servicios secretos de la Unión Soviética trasladaron el oro al Comisariado del Pueblo para las Finanzas en la capital de la URSS en calidad de depósito. Una comisión hispano-soviética se encargaría de su gestión durante la Guerra Civil. El embajador de España, Marcelino Pascua, formaba parte de esta comisión.
La Unión Soviética se apoderó de las 510 toneladas de oro del Banco de España en cobro por la ayuda militar prestada al bando republicano en la Guerra Civil (1936-39). Esta ayuda consistió en el envío de soldados, asesores, técnicos, aviones y tanques. De esta forma, la URSS incumplía (al igual que Italia y Alemania) el acuerdo de no intervención en España para evitar la internacionalización del conflicto español. Buena parte de la ayuda soviética llegó al bando republicano a través del puerto de Cartagena.