La Guerra Civil se internacionalizó, a pesar de la creación del Comité de No Intervención en Londres (Gran Bretaña) en septiembre de 1936. Este comité estaba formado por 27 países europeos, entre ellos las grandes potencias del continente. Francia y Gran Bretaña respetaron el pacto, pero Alemania, Italia y la Unión Soviética (URSS) incumplieron el acuerdo internacional de forma sistemática. Alemanes e italianos respaldaron al bando nacional y los soviéticos al bando republicano.
El ministro de Hacienda, Juan Negrín, firmó un decreto reservado el 13 de septiembre de 1936, con el respaldo del presidente Largo Caballero, para el traslado de la mayor parte de las reservas de oro del Banco de España a la URSS. El presidente Largo Caballero negoció con el embajador de la URSS en España, Arthur Stashevski, el traslado del oro del Banco de España a la Unión Soviética.
El objetivo del Gobierno republicano era evitar la captura del oro por las tropas nacionales tras la posible caída de Madrid. El Ejecutivo de Largo Caballero no informó de esta medida al jefe del Estado, Manuel Azaña, pero suplantaron su voluntad en el decreto. "Se decidió que no lo supiera ni el presidente de la República, el cual se hallaba en un estado espiritual verdaderamente lamentable", argumentaba Largo Caballero. Nunca se produjo la rendición de cuentas a las Cortes.
El decreto reservado decía lo siguiente: "La anormalidad que en el país ha producido la sublevación militar aconseja al Gobierno adoptar aquellas medidas precautorias que considere necesarias para mejor salvaguardar las reservas metálicas del Banco de España, base del crédito público. La índole misma de la medida y la razón de su adopción exigen que este acuerdo permanezca reservado. Fundado en tales consideraciones, de acuerdo con el Consejo de Ministros, y a propuesta del de Hacienda, vengo en disponer, con carácter reservado, lo siguiente: Art. 1º: Se autoriza al Ministro de Hacienda para que en el momento que lo considere oportuno ordene el transporte, con las mayores garantías, al lugar que estime de más seguridad, de las existencias que en oro, plata y billetes hubiera en aquel momento en el establecimiento central del Banco de España. Art. 2º: El Gobierno dará cuenta en su día a las Cortes de este decreto".
Las fuerzas de seguridad del Estado y las milicias de la UGT y CNT se apoderaron de las reservas del oro del Banco de España en nombre del Gobierno el 14 de septiembre de 1936. El gobernador del Banco de España informó al resto del Consejo Extraordinario del traslado del oro. El cajero principal del Banco de España se suicidó y los consejeros Martínez Fresneda y Álvarez Guerra denunciaron la extracción del oro por constituir una ilegalidad y presentaron su dimisión.