Miguel Cabanellas Ferrer (Cartagena, 1 de enero de 1872 – Málaga, 14 de mayo de 1938)

  El general cartagenero dirigió la sublevación militar del 18 de julio contra el Gobierno en Zaragoza. También fue el primer presidente de la Junta Nacional de Defensa.

             Cartagena

  La rebelión de los oficiales contra el Gobierno fracasó debido a la oposición mayoritaria de los marineros al Alzamiento Nacional.

             San Javier

  La Base Aeronaval de San Javier se sumó al Alzamiento de forma pasiva a la espera de órdenes del Ejército sublevado.

           Los Alcázares

  El Aeródromo de Los Alcázares mantuvo su fidelidad al Gobierno y sus militares tomaron la Base Aeronaval de San Javier.


  El golpe de Estado contra el Gobierno del Frente Popular comenzó el 17 de julio, por la tarde, en Marruecos. Los militares implicados tomaron las ciudades de Melilla, Ceuta y Tetuán en el Protectorado Español del Norte de África, tras conseguir la rendición de los militares leales al Ejecutivo de la Nación. Los sublevados enviaron un telegrama a Canarias acerca del éxito del Alzamiento en Marruecos.

  El general Francisco Franco recibió la noticia en un hotel de Las Palmas de Gran Canaria durante la madrugada. Francisco Franco realizó una alocución de radio dirigida a todos los españoles; encargó al general Luis Orgaz la dirección de la sublevación en Canarias y utilizó el avión Dragon Rapide para trasladarse a Marruecos el 18 de julio.

  Los días 18 y 19 de julio de 1936, el Alzamiento Nacional se extendió por toda España. La sublevación triunfó en Galicia, Oviedo (Asturias), Álava (Vascongadas), Navarra, la mitad de Aragón, León, Castilla La Vieja, Baleares, la mitad de Extremadura, Sevilla (Andalucía), Canarias y Marruecos. El general cartagenero Miguel Cabanellas, capitán general de la V División Orgánica, lideró con éxito el Alzamiento Nacional en Aragón.

  La rebelión fracasó en la mayor parte de Asturias y Vascongadas, Cantabria, la mitad de Aragón, Cataluña, la mitad de Extremadura, Madrid, Castilla La Nueva, Valencia y Murcia. Los sublevados controlaban el Noroeste, la Meseta Norte, el Rif y los archipiélagos, y el Gobierno mantuvo bajo su control las principales ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia), la Meseta Sur, el Levante y Andalucía. El triunfo y el fracaso parcial del golpe de Estado provocaron el estallido de la Guerra Civil.

  La provincia de Murcia mantuvo su lealtad al Gobierno del Frente Popular. En Murcia, el 6º Regimiento de Artillería Ligera estuvo acuartelado los días 17, 18 y 19 de julio, a pesar del llamamiento de la Guardia Civil y del coronel en la reserva Manuel Bruquetas para secundar la sublevación. Las milicias obreras acordonaron el cuartel de Artillería y se hicieron con el control de la ciudad con patrullas armadas en las calles. En Lorca, las milicias obreras rodearon el cuartel de la Guardia Civil y detuvieron a los líderes locales de Falange, frustrando así los planes de sublevación de las fuerzas de seguridad y los falangistas.

  En Cartagena, la oficialidad dirigió el Alzamiento frustrado de la Base Naval en el Arsenal. La marinería reaccionó mediante la detención y posterior ejecución de un número importante de los oficiales. El Gobierno del Frente Popular destituyó al comandante de la Base Naval, Francisco Márquez, por su implicación en el golpe de Estado. En su lugar, el Ejecutivo nombró al segundo maquinista de la Armada Manuel Gutiérrez nuevo almirante de la Base Naval de Cartagena y al teniente de Navío Antonio Ruiz nuevo vicealmirante.

  La Base Aeronaval de San Javier se sumó al Alzamiento Nacional el 18 de julio de 1936 de forma pasiva, sin desarrollar acciones militares, a la espera de órdenes del Ejército sublevado en el Norte de África. Manuel Carceller, militar de la Base de San Javier, escapó vestido de campesino e informó en Los Alcázares de la sublevación de los oficiales de su Base.

  El Aeródromo de Los Alcázares permaneció fiel al Frente Popular. El comandante del Aeródromo, Juan Ortiz, recibió la orden de la comandancia militar de Cartagena de asaltar la Base Aeronaval de San Javier. La columna Ortiz de Los Alcázares tomó la Base de San Javier el 19 de julio con el apoyo militar de una sección de Infantería de Cartagena, una batería de Artillería de Murcia y los obreros voluntarios del Aeródromo. La Base Aeronaval de San Javier se rindió sin apenas resistencia (el fuego silenciado de una ametralladora) y sus oficiales fueron detenidos. La ocupación pacífica de la Base fue posible por el abandono del bando rebelde por parte de la marinería de San Javier. Una vez sofocado el Alzamiento Nacional en la provincia, el Ministerio de Guerra envió al Regimiento de Artillería de Murcia y a centenares de milicianos voluntarios a sofocar la rebelión de la Guardia Civil en Albacete y Hellín.

  El gobernador civil de Murcia, Adolfo Silván, pidió a los murcianos calma y tranquilidad para preservar la paz social. "Es necesario sobre todas las cosas una cordura que lleve la confianza a todos. Ni una huelga y ni siquiera el más pequeño movimiento que pueda entorpecer la acción pacificadora de la autoridad…Que en fábricas y talleres se vea trabajar a todo el mundo es el modo más eficaz de combatir a los enemigos del Régimen". Además, el gobernador civil ejecutó la orden del Ejecutivo para la incautación de los periódicos "desafectos" al régimen (La Verdad de Murcia), con el fin de republicanizarlos.

  Las fuerzas políticas de izquierdas en la provincia de Murcia condenaron el golpe de Estado del 17, 18 y 19 de julio de 1936. El Comité Provincial del Frente Popular en Murcia realizó un llamamiento a sus partidarios en defensa del Gobierno de España. "Mantener la más estrecha unión. Permanecer atentos y vigilantes a los movimientos de nuestros enemigos, que son los de España y los de la República, aguardando la orden de afrontar en todos los terrenos la lucha. Cada uno en su puesto, con la máxima disciplina. A través de los Comités de cada organización serán transmitidas en el momento adecuado las órdenes y las consignas del Frente Popular. Cuando ellas lleguen, que sean cumplidas sin excusa ni pretexto, con entusiasmo y con rigor".

  El Gobierno de España respondió al golpe de Estado con una alocución a los españoles sobre el golpe de Estado, la disolución de las unidades sublevadas, la destitución de los oficiales rebeldes y la declaración de facciosos para los protagonistas del golpe de Estado. El primer ministro, Santiago Casares Quiroga, presentó su dimisión el 18 de julio a consecuencia del Alzamiento Nacional y el presidente de la II República, Manuel Azaña, nombró en su sustitución a Diego Martínez Barrio. El nuevo jefe del Ejecutivo buscó sin éxito una salida negociada al conflicto con el general Emilio Mola para evitar la Guerra Civil. El director del Alzamiento rechazó la propuesta porque llegaba demasiado tarde. La Guerra Civil era un hecho. La provincia de Murcia formaría parte del bando republicano hasta el final de la contienda.

  Antonio Gómez-Guillamón Buendía