Hierba perenne, bulbosa, de hasta 40 cm de longitud. Tallos erecto-patentes (inclinados, hasta 45º), lisos, de sección circular y macizos, glabros (sin pelos) y cubiertos de una fina capa cérea, sobre todo en la base, que le dan un aspecto blanquecino-grisáceo al color predominante verde glauco. Hojas lineares, de 3-6 mm de ancho y hasta 50 cm de longitud, acanaladas, con los extremos generalmente secos durante la floración. Inflorescencia terminal, subhorizontal, con tendencia a curvarse, de tipo racimo, con 8-20 flores, de brácteas triangular-lanceoladas, acuminadas, y peciolo corto, por lo general péndulas, colgantes. Tépalos de color verdoso-parduzco anaranjado, los tres externos vueltos hacia atrás, los tres internos soldados hasta casi su extremo, también revolutos, dando lugar a una flor campanulada muy característica. Fruto en cápsula, con numerosas semillas negras, brillantes.
Hábitat y distribución
Crece en herbazales de zonas secas generalmente localizados en rellanos pedregosos, laderas con vegetación baja y abierta y márgenes de sendas. Planta del mediterráneo occidental y sahariana, que llega a la Macaronesia (Islas Canarias). Es la única especie de un género paleotropical, distribuido principalmente por gran parte de África, Madagascar y sur de Asia, que alcanza Europa. Presente de forma extendida por la Península Ibérica, aunque se hace rara en la mitad norte. Es común en la Región de Murcia, en cotas medias y bajas.
Observaciones
Planta relativamente frecuente, que es una de las bulbosas habituales en los herbazales y matorrales de la Región, junto a los gamones y gamoncillos (Asphodelus sp. pl.), gladiolos (Gladiolus illyricus), lirios (Gynandriris sisyrinchium), etc., pero que, en general, resulta especialmente desapercibida por los colores poco llamativos de sus flores.
El nombre común “jacinto leonado”, o “jacinto bastardo”, apenas se utiliza por la población local, es un término principalmente bibliográfico que hace alusión a la similitud de sus flores con los jacintos (Hyacinthus sp. pl.).
Igualmente, resulta paradójico que, el jacinto de los bosques (Hyacinthoides non-scripta), que tiene casi las mismas flores, pero de color violeta, sea prácticamente un símbolo nacional en Gran Bretaña, mientras que, en España, en Murcia, el jacinto leonado, una planta tan común, y, a su vez tan singular, sea una planta casi totalmente desconocida. No obstante, quizá, este agravio comparativo vegetal tan marcado, se deba no solamente al color, tan poco llamativo y casi mimético con el ambiente, sino a la abundancia y aparición explosiva del jacinto de los bosques ingleses, como densas alfombras floridas anunciando la llegada de la primavera.
Por último, es importante destacar que esta bulbosa está muy adaptada para resistir la sequía. Se ha observado que, incluso en periodos secos muy prolongados, calificados como de carácter extremo, por ejemplo, en el inicio de año hidrológico 2023-24, el periodo más seco registrado en, al menos, los anteriores 63 años en la Región de Murcia, muchos ejemplares se desarrollaron y florecieron con normalidad, mientras otras bulbosas, en particular las orquídeas silvestres, ni tan siquiera brotaron del suelo.
José Antonio López Espinosa