La prensa fortunera anterior a la Guerra Civil se compone de cinco publicaciones. Todas ellas aparecieron en los primeros años de la década de 1910, excepto El Eco de Fortuna que se publicó a finales del siglo XIX.
En 1894 el municipio de Fortuna tenía casi 6.000 habitantes, de los cuales 4.710 residían en el casco urbano. En esta época la localidad atravesaba una etapa de profunda crisis derivada de las rivalidades políticas entre los aspirantes a gobernar el municipio. A este respecto El Diario de Murcia afirmó que “Pueblos hay en la provincia de Murcia donde la política es el único motivo de intranquilidad y de discordia; pero ninguno como Fortuna”.
El Eco de Fortuna
No parecía el contexto más adecuado para la aparición de un periódico independiente, porque a la zozobra política había que añadir la alta tasa de analfabetismo del municipio; no obstante el 11 de noviembre de 1894 aparece el primer número de El Eco de Fortuna, un semanario que afirmaba estar al servicio de los vecinos. Sus páginas no tardaron en reflejar el clima de inseguridad que se vivía en la población, aconsejando la necesidad “de caminar ya por la vía pública con el revólver montado y escondido bajo la manta”.
La complicada situación político-social hizo que algunos de los redactores trataran de pasar inadvertidos. Es el caso de Julián García Fernández, médico de la villa, quien firmaba sus artículos con el seudónimo de “X”. El Eco de Fortuna también contaba con la colaboración del beneficiado de la catedral de Madrid, el prebístero Manuel Belda y Belda, que era natural de Fortuna. El director del periódico era Nicolás Soro.
Pese a las adversidades, El Eco de Fortuna se editó durante dos años. En este tiempo tuvo que hacer frente a numerosos problemas. El más complicado se produjo en el verano de 1895 tras recibir una denuncia, debido a la publicación de varias informaciones en las que el periódico se quejaba de los escándalos que se producían en la población y de la arbitrariedad con la que actuaban las autoridades.
Últimas referencias
El Eco de Fortuna tenía carácter intercomarcal. También informaba sobre las noticias que se producían en Abanilla y, en menor medida, sobre determinados acontecimientos de índole político o electoral sucedidos en el Altiplano, información que se consideraba de interés porque Fortuna pertenecía al distrito electoral de Yecla.
Las últimas referencias sobre la existencia de El Eco de Fortuna datan de diciembre de 1896. En sus últimos números ofreció informaciones de relevancia que permiten esbozar la historia del municipio en los últimos años del siglo XIX; entre ellas el anuncio de la próxima instalación de la estación telegráfica-postal que el periódico atribuía a la mediación de Práxedes Sagasta, quien tenía lazos con la localidad por sus estancias en el Balneario.
Juan Antonio Garre