Manuel Fernández Caballero, informado del éxito que obtuvo Concha Segura durante su gira, decide contratar a la artista yeclana y a su hermana Paca para que actúen en exclusividad en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, junto a grandes figuras de la época como Francisco Sigler, Lucrecia Arana y Julián Romea, sobrino del actor murciano.
Tras la firma del contrato la familia Segura se traslada definitivamente a Madrid. A Conchita y a Paca le acompañan sus padres y hermanos quienes se convierten en sus principales admiradores. Su hermano José, quien abrió una tienda de fotografía cerca de la Puerta del Sol, es el autor de varias de las imágenes de Concha que han llegado a nuestros días.
Debut en el Teatro de la Zarzuela
El 30 de septiembre Concha Segura debuta en el Teatro de la Zarzuela interpretando Campanero y Sacristán de Mariano Hermoso y Manuel Fernández Caballero. Fue el inicio de la etapa profesional más estable de la artista yeclana que cosechó innumerables elogios durante los tres años que permaneció en esta compañía.
El éxito de Concha fue fulgurante. En noviembre, tras la interpretación de El Padrino del Nene, el público premió su actuación con una estruendosa ovación que la prensa calificó “como una de las más grandes que se recuerdan en el teatro”. Ante la insistencia del público el telón se alzó en 20 ocasiones. Algunos espectadores lanzaron sus sombreros al escenario.
Durante el transcurso de la temporada Concha Segura se reafirmó como una de las mejores tiples de la época. La artista yeclana causó tal impacto que el 28 de mayo de 1897 se le tributó un homenaje en el Teatro de la Zarzuela. El aforo de más de mil localidades se encontraba repleto. El espectáculo comenzó con la revista El País de la Cucaña. En segundo lugar Paca Segura fue la protagonista de la popular zarzuela Chateau Margaux. Más tarde Concha Segura interpretó el monólogo de Ricardo Blasco ¡Agua Va! Finalmente se escenificaron El Padrino del Nene y La Viejecita.
Descanso en Guadarrama
En el verano de 1897 Concha Segura, aquejada de unos problemas de salud, marcha a descansar a Guadarrama. La ausencia de la yeclana supuso un importante contratiempo para la Compañía del Teatro de la Zarzuela, pues las otras tiples renunciaron a sustituirla en El Ángel Caído por estimar que no estarían a su altura.
En septiembre reaparece en Salamanca, dónde logra un gran éxito interpretando El Padrino del Nene. En octubre se reincorpora al Teatro de la Zarzuela. La artista yeclana cerró el año (posiblemente el más exitoso de su carrera) el 31 de diciembre con la representación de La Guardia Amarilla.