Estas casas fortificadas emplazadas en el interior, aun cuando tenían a la vista la propia costa no pueden considerarse como propiamente torres vigías de costa, su fundamento está más unido a la defensa como casa fuerte de las personas que se dedicaban a las labores agrícolas y ganaderas, tienen un carácter privado y residencial y su misión era, además de la de vigilancia de un territorio, el constituirse como último baluarte de defensa ante el ataque del enemigo, una vez rebasado el sistema defensivo costero.
Según nos indica Rubio Paredes, encontramos este tipo de torres interiores en los siguientes lugares; "La de la Encañizada del Santo Hospital de La Caridad en La Manga; Casa Saavedra, Casa Roda, Torre Pacheco, Torre Sandoval, Torre de los Alcázares, Torre del Negro, Torre del Rami, Torre de Ciles (Siles), Casa de tacón, Torre de Oviedo, Torre de los Cuencas, Torre de Doña Lucrecia ... en la zona de poniente del Mar Menor". De todas ellas, en el presente artículo haremos referencia solamente a las localizadas en estos puntos del Mar Menor.