Árbol monoico que puede alcanzar los 35 m. Tronco de corteza fibrosa y estriada, pardusca, grisácea. Hojas de tamaño muy reducido, de extremo romo, escuamiformes, dispuestas unas sobre otras sobre pequeñas ramillas. Flores masculinas en conos de hasta 10 mm, muy numerosos, al final de las ramillas. Flores femeninas en conos subglobosos, de color verde brillante y compactos, que una vez fecundadas se convierten en frutos de tipo gálbulo, leñosos, pardo grisáceos, de hasta 4 cm y 14 escamas escamas, que contienen en su interior hasta 200 semillas, aplanadas y aladas, marrones. Los gálbulos maduran al segundo año, y estos persisten, secos y sin semillas, durante varios años más en el árbol.
Hábitat y distribución
Cultivada en los paises mediterráneos desde antiguo, siendo originaria de próximo Oriente, Grecia e islas del Mar Egeo. Por su figura solemne se planta en alineaciones en los cementerios, su silueta es reconocible en prácticamente todos los campos santos de Murcia. También es una planta muy empleada en repoblaciones forestales y en jardineria, para hacer setos, así como para hacer de pantalla vegetal, por sus posibilidades como cortavientos y para reducir el ruido (de carreteras próximas, por ejemplo). No se ha observado naturalizada.
Observaciones
Los cipreses de porte recto y columnar (Cupressus sempervirens fª sempervirens) son los más apreciados para cultivo, aunque pueden observarse otros, de porte desparramado (Cupressus sempervirens fª horizontalis), que corresponden al hábito mayoritario de la especie en estado silvestre. La particularidad del porte recto es un carácter recesivo, de modo que sólo las semillas de los grupos aislados, lejos de los pólenes de un ciprés de porte desparramado, dan lugar a cipreses con porte columnar.
En la Región podemos observar otro ciprés de porte desparramado y ramillas grisáceas. Se trata de Cupressus arizonica, empleado en repoblaciones forestales muy puntuales en el Noroeste y Sierra Espuña. En los jardines podremos ver unos "cipreses" de porte arbustivo o pequeño arbolillo de ramillas aplanadas, son la tuyas (Platycladus orientalis =Thuja orientalis).
Es un árbol muy ligado a las culturas y civilizaciones mediterráneas. En el mundo occidental antiguo el ciprés estaba consagrado al dios Plutón, cuya frente se coronaba con su ramaje, y por eso también se solían esparcir sus ramas a las puertas de las casas de los difuntos. Desde entonces adorna los cementerios de los pueblos de la cultura cristiana en toda la cuenca mediterránea. Por este motivo fue plantado a menudo junto a los sepulcros, y además, en tanto que era considerado como capaz de repeler hechizos malignos, también se utilizó para cercar villas y caseríos.
La madera del ciprés es muy apreciada por su aroma y por no ser atacada por la carcoma. Se utiliza para poste y palos que se emplean en la construcción de parrales por su gran resistencia. En medicina popular, se conocen desde tiempos inmemoriales, las muchas propiedades asociadas a las diferentes partes de este árbol. Así, a la esencia de ciprés se le puede atribuir propiedades antiespasmódicas, contra ataques de asma, pectorales. También se usaba tradicionalmente para trastornos de tipo menstrual. La importante cantidad de tanino que contienen sus frutos, sobre todo antes de alcanzar su completa madurez, le confieren una poderosa acción astringente y vasoconstrictora.
José Antonio López Espinosa