La garceta es una esbelta garza de tamaño medio, con unos 55 cm de longitud y poco más de 1 m de envergadura alar. El plumaje es completamente blanco, casi níveo, destacando su pico y sus patas de color negro, en las que destacan los llamativos pies amarillos, no siempre visibles. En la época de reproducción luce delicadas plumas ornamentales en la cabeza y en el dorso, que llegan a alcanzar 20 cm y más, tanto en los machos como en las hembras, que a simple vista son indistinguibles.
El vuelo es lento y rectilíneo, batiendo las alas constantemente, lo que permite identificarla a cierta distancia.
Hábitat y Distribución
Lagunas, charcas salineras, arrozales e incluso balsas, son lugares donde puede contemplarse a la garceta común. También frecuenta el litoral y sus islas. A veces en el interior acompañando al ganado o detrás de los tractores, junto a las garcillas bueyeras, en la búsqueda de alimento.
Tiene una amplia distribución mundial, desde Australia, África, y Asia, hasta el centro y sur de Europa. En España hay dos poblaciones: la que se distribuye por el Mediterráneo, por humedales levantinos, la albufera valenciana y valle del Ebro, y otra por el litoral atlántico y sus cuencas fluviales.
Sus escasas poblaciones reproductoras regionales se ven aumentadas en invierno por ejemplares norteños. Se reproduce tanto en las zonas de carrizo de los embalses de interior (Argos, Quipar, Ojós...) como encima de los espinosos matorrales de las islas del Mar Menor y del Mediterráneo.
Costumbres y Alimentación
La garceta es un ave sociable aunque asustadiza. Es considerada migrante parcial. Nidifica en colonias junto a otras garzas, como la garcilla bueyera, el martinete o la garza real, construyendo el nido en árboles, en sólidos arbustos, o bien sobre el carrizal. Ambos adultos construyen una plataforma o arreglan la del año anterior. Los huevos, entre 3 y 6, de azul claro, se van volviendo blancos a lo largo de la incubación. La llegada del adulto al nido va seguida de numerosos saludos con despliegue de las plumas ornamentales, acompañada de gran algarabía.
Se alimenta de peces, ranas, insectos acuáticos, libélulas, e incluso añade a la dieta pequeños vertebrados terrestres.
Protección y Conservación
Como nidificante y como invernante, la garceta común está en claro aumento, si bien su situación regional es considerada como especie en peligro, debido principalmente a su escasa población reproductora, a su frecuente fracaso reproductor y a otros factores externos que afectan a su supervivencia. A ello se suma la degradación de sus hábitats, las molestias en épocas de reproducción, la acción de los depredadores, y la escasez de agua que permite a estos últimos llegar hasta las colonias de cría.
Curiosidades
Hasta finales del siglo XIX estuvieron de moda las plumas de la cresta y del dorso de la garceta común en los sombreros de señoras. En dicha época se destruyeron numerosas colonias de cría matando a los adultos solamente, a los que tan sólo quitaban la parte de la piel de la nuca con las plumas ornamentales.
Vicente Hernández Gil