Pequeño arbusto erecto, de hasta 40 cm de altura, con tallo y ramificaciones principales sin pelos, leñosas (con ritidoma), retorcidas y agrietadas, grisáceas o parduscas. Tallos jóvenes y secundarios pubescentes, con pelos. Hojas de lineares a linear-lanceoladas, con peciolo muy corto o poco aparente, de margen revuelto, peloso en el envés, y con glándulas aromáticas dispersas, rojizas. Inflorescencias a modo de capítulos. Flores con brácteas elíticas y caliz de cinco dientes, los superiores algo alargados y ciliados, por lo general las piezas son rojizas y provistas de pelos largos, con glándulas subesféficas, también rojizas. Corola rosada, el labio inferior trilobulado, el superior sólo levemente escotado. Fruto de tipo núcula, en número de cuatro, encerradas en el fondo del caliz, persistente durante la fructificación.
Hábitat y distribución
Terrenos abiertos, pedregosos y secos, con frecuencía alterados, principalmente por pastoreo, etc. Los tomillares son formaciones vegetales resultado de la degradación de otros tipos de vegetación, capaces de desarrollarse sobre suelos poco desarrollados, en exposiciones muy soleadas y zonas sometidas al trasiego frecuente de ganado. Planta endémica, distribuida únicamente por el cuadrante sureste de la Península Ibérica, presente en las provincias de Alicante, Almería, Murcia y Granada, en los dominios de la provincia geográfica Murciano-Almeriense. En la Región es muy común en la ecología indicada, en la mitad sur y penetrando por el interior a través de los valles más cálidos.
Observaciones
El tomillo de invierno (Thymus hyemalis) es una planta muy próxima al tomillo común (Thymus vulgaris), de la que puede diferenciarse fácilmente por presentar coloración verde más intensa, cilios en la base de las hojas -que deberemos observar colocando una pequeña ramilla a contraluz y sobre fondo negro- y olor muy característico, más rustico. El tomillo común, es una planta verde grisácea, más aromática, de olor más suave y refinado, que no presenta cilios en la base de las hojas.
Estas diferencias en olor se identifican y separan en un número determinado de quimiotipos -se trata de proporciones diferentes de varios tipos de aceites esenciales-, vienen designados por letras griegas y son distintos para tomillos diferentes y plantas de distintas zonas de la misma especie.
El olor y el sabor que aporta el tomillo de invierno a las carnes, en particular a las de pollo, es muy apreciado, lo que ha hecho que sea muy empleado en los asaderos de pollos de Murcia. En algunos de estos asaderos está siendo sustituido por perejil, más económico y fácil de obtener, lo que contrasta con las cantidades de tomillo (varias ramas) que se introducian en el relleno del pollo hace unos años. Este cambio tan evidente en el uso de un producto alimenticio obtenido de la naturaleza se debe a que la recolección con fines comerciales está regulada por ley (Decreto 50/2003, BORM núm. 131) desde 2003 en la Región de Murcia. La legislación regional establece de forma muy específica y clara que sólo puede recolectarse tomillo en grandes cantidades para la industria agroalimentaria mediante autorización administrativa previa (Anexo II del Decreto). La severa sanción económica que puede acarrear la recolección en los términos indicados ha frenando la práctica de arrasar tomillares, porque aunque se trata de una especie común se tardan años para un tomillo se convierta en una pequeña mata en el campo y sólo se necesitan muy pocos minutos para recolectar muchas de estas plantas y que acaben en la caja de un camión.
José Antonio López Espinosa