El ánade friso es un poco más pequeño que el azulón: El macho es de color castaño grisáceo y presenta las cobertoras caudales (de la cola) negras, que contrastan con la parte ventral blanca, visible sobre todo en vuelo, en que también aparece muy contrastada la mancha alar blanca, que forma el espejuelo muy llamativo por estar bordeado de negro.
Visto de lejos se ve a un pato gris con la parte trasera de color negro. El pico también es gris, y las patas son de color amarillo-anaranjadas. La hembra del ánade friso, que se parece en el color del plumaje a la del ánade azulón, tiene en común con el macho el vistoso espejuelo.
Hábitat y Distribución
En la región de Murcia el ánade friso aparece como invernante, y durante los pasos migratorios, siendo en general poco abundante. Sus principales áreas de cría en España se sitúan en las marismas del Guadalquivir, humedales manchegos, levantinos y el delta del Ebro. Selecciona pues tanto aguas dulces, como salobres y saladas para desarrollar su actividad.
Costumbres y Alimentación
Es un pato principalmente herbívoro, por lo que los humedales en que se encuentra deben tener abundante vegetación acuática. Obtiene el alimento hundiendo la cabeza en el agua o basculando el cuerpo sólo hasta muy poca profundidad, unos 30 cm. Aunque también visita campos de cereales y prados, en los que busca saltamontes y otros invertebrados terrestres. También corta hojas y raíces de juncos, y atrapa caracoles y lombrices.
Normalmente es la hembra la que elige dónde colocar el nido, habitualmente en tierra, y que construyen al modo de los patos, muy desordenado, con hojas secas y carrizo, y abundante plumón, generalmente muy bien escondido.
Protección y Conservación
Aunque es poco abundante, el ánade friso no parece estar amenazado. Es una especie que suele pasar desapercibida entre los ejemplares de otras especies más numerosas, dentro de los bandos que llegan a invernar a nuestra región. Su número parece haber aumentado ligeramente en los últimos años.
Curiosidades
El anillamiento de ánades frisos en Europa ha sido relativamente abundante, poniendo las recuperaciones de manifiesto movimientos sin un rumbo fijo en los que vienen a visitarnos.
Vicente Hernández Gil