La Feria de Murcia de 1929 se celebró entre los días 1 y 15 de septiembre. La principal novedad de aquel año fue el cambio de ubicación, pues el Ayuntamiento decidió instalar el recinto ferial en el Parque Ruiz Hidalgo, con el fin de evitar que las casetas y la masiva presencia de asistentes deterioraran las obras que se habían realizado en la Glorieta de España.
En un primer momento se produjeron numerosas protestas contra el Ayuntamiento por esta decisión, ya que años atrás la Feria se había celebrado en una ocasión en el Parque Ruiz Hidalgo y la iluminación no había sido adecuada. Las autoridades municipales con el fin de subsanar este inconveniente ordenaron la colocación de cerca de 6.000 bombillas y numerosas luces de colores que lograron dotar al Parque de un alumbrado aceptable.
Programa de la Feria
A lo largo del mes de agosto el Ayuntamiento elaboró la programación. En este año se organizaron un mayor número de eventos que en ocasiones anteriores con el objetivo de que los murcianos se animaran a acudir al Parque Ruiz Hidalgo. El programa estaba compuesto fundamentalmente por actos religiosos, eventos musicales y espectáculos taurinos (el festejo más popular de esta época). El día en el que se registró una mayor asistencia de visitantes fue el 8 de septiembre, coincidiendo con la corrida de toros más importante de la Feria.
El 4 de septiembre la Virgen de la Fuensanta, arropada por miles de fieles, fue traída a la Catedral. Este año la imagen estrenó un manto de color morado, tejido con seda murciana, con bordados que recogían motivos alusivos a la crianza del gusano de la seda. La Virgen de la Fuensanta permaneció en Murcia hasta el 17 de septiembre, día en el que regresó en procesión al Eremitorio del Monte.
La Feria se desarrolló con relativa normalidad y con una gran participación de los ciudadanos. El mayor contratiempo fue la climatología que en algunas jornadas fue adversa, especialmente el 11 de septiembre, día en el que descargó un importante aguacero que afectó a varios puestos callejeros.