Metalurgia
Los fenicios asentados en las costas de la fachada levantina del Mediterráneo se habían consagrado, durante el II milenio a.C., como los grandes abastecedores de materias primas de origen mineral y de manufacturas metálicas a los mercados de Oriente Próximo (entre otros intereses comerciales). Este motivo es el que inicia la diáspora fenicia hacia Occidente, en concreto la búsqueda de cinco metales: hierro, oro, plata y estaño para su aleación con el cobre. El estaño lo encontrarán en la ruta atlántica, desde el sur de la Península Ibérica hasta las Islas Británicas, tanto por vía marítima como terrestre. Para ello se asentarán de manera principal en la zona de Huelva, llave del estaño atlántico y productora de plata y en Cádiz, siendo este enclave el centro de operaciones redistribuidor y organizador comercial. En la Península encontrarán todos los demás y en abundancia, lo que denota la importancia que ésta tuvo en el período colonizador fenicio y en la etapa posterior de asentamiento, con intereses agropecuarios y de establecimiento poblacional a partir del s.VIII a.C..
En la naturaleza encontramos estos productos en su forma mineral, es a partir de su fundición y separación del resto de materiales cuando hablamos de metales y de las manufacturas, desde armas y herramientas, páteras, objetos de lujo y joyas. En un principio, la obtención de los metales será por vía de intercambio con los indígenas para, poco más tarde, iniciar la instalación de hornos de fundición en las inmediaciones de las minas, hornos de fundición de hierro, como así indican los escoriales hallados, y hornos de fundición para el beneficio de la plata por el método de la copelación.
La técnica de fundición básica es por fusión. Se coloca el mineral molido con el fundente dentro del horno, sometiéndolo a altas temperaturas y obteniendo dos productos: la escoria o deshecho y el régulo, éste último constituyendo una amalgama de oro, plata y plomo, además de otros minerales, siendo el plomo el agente aglutinador de estos metales nobles.
Posteriormente se aplica el método de la copelación, llamado así por la forma de copa de la vasija donde se realiza. El régulo era colocado en estos recipientes, sometiéndose de nuevo a la acción del fuego para liberar los metales nobles (cada uno lo hará a una temperatura propia). Así, parte del plomo se evaporará y otra parte quedará adherida al fondo de la copela en forma de óxidos de plomo, entre ellos litargirio. Sobre esta capa quedaba el metal noble en estado líquido, que se vertía en moldes. Estos fondos de copela, formados por óxidos de plomo, son los mismos que en número superior a 400 y con un peso de alrededor de dos toneladas constituían el cargamento del barco 2 de Playa de la Isla. Posiblemente para ser conducido a explotaciones mineras carentes de plomo suficiente para la copelación de su plata y para la manufactura de objetos de plomo.