Historia Antigua de Mazarrón

  Ya desde la Prehistoria tenemos evidencias de la ocupación de este promontorio del litoral mazarronero por población indígena, también durante el II milenio con incidencia del mundo argárico y del Bronce Final y en época protohistórica, cuando muy probablemente es utilizado por colonos fenicios desde el s.VII a.C., la misma cronología que para el asentamiento de La Fonteta, en la desembocadura del río Segura, y cuyos paralelos en cuanto a ocupación metalúrgica son más que coincidentes.

  Nos encontramos ante una (Ros Sala, 2005) "factoría destinada, desde la primera mitad del s.IV a.C. y durante casi todo el s.III a.C., al beneficio de la plata del plomo metálico, obtenido del tratamiento de minerales argentíferos procedentes del polígono minero de Mazarrón, cuyo lugar elegido para su ubicación fue el promontorio costero conocido como Punta de los Gavilanes".

  En época prehistórica Gavilanes se sitúa como un eslabón más de una cadena de islotes que van, de Oeste a Este, desde la Rambla de las Moreras hasta el Cabezo de los Aviones: El Castellar, Nares, Los Gavilanes y La Cebada. Esta línea de islotes, junto a la Isla de Adentro, conforman una barrera frente a la costa que más tarde, y debido a la bajada del nivel del mar y a los aportes sólidos de la Rambla de las Moreras, quedarán unidos como una franja costera con promontorios, delimitando en su interior una laguna salina en explotación hasta mediados del s.XX.

  Queda así dibujado para este momento de presencia fenicia un ambiente paleogeográfico muy distinto del que hoy conocemos, y que pone en contacto directo por vía marítima el yacimiento de Playa de la Isla, Los Gavilanes y la Rambla de las Moreras, esta última como vía marítima de comunicación con las zonas de extracción minera y de recursos agropecuarios hacia el interior de la costa.

  Y es en este momento donde tiene su espacio la Planta de Fundición de Gavilanes II. Un espacio arquitectónico simple, constituido por tres estancias adosadas en paralelo con un solo muro hacia su fachada Sur, donde queda adosada otra gran estancia y un espacio abierto común en su lado Norte. Cada una de las tres estancias conjuntas más una cuarta albergarán en su interior un horno de fundición. Probablemente realizarían la copelación de plomo argentífero proveniente de otra fundición (¿cargamento de los barcos de Playa de la Isla?) para el beneficio de plata refinada. Utilizando secuencialmente cada uno de los hornos para el mismo proceso hasta aislar definitivamente la plata sin trazas de ningún otro mineral. A mediados del s.III a.C., ya en época púnica, todo el conjunto es amortizado como cimentación de un nuevo complejo del que nos han llegado pocos vestigios debido a su superficialidad. Y hacia finales de este mismo siglo se producirá su abandono y destrucción, enmarcada en el momento histórico de la toma de Quart-Hadast por la República Romana.