Poblamiento
Las excavaciones urbanas realizadas en el casco urbano de Puerto de Mazarrón en los últimos años han permitido esbozar las líneas generales del poblamiento en época tardorromana. Éste estuvo condicionado en parte por la orografía original del terreno, con una serie de elevaciones (Cabezo del Puerto, Cabezo de la Era y de La Molineta), además de una laguna interior. La principal zona de hábitat se extendía sobre el Cabezo de la Era, en las inmediaciones de la Factoría de Salazones. Se trata de un conjunto de casas que, por sus características constructivas y gran número de monedas halladas en su interior, debió pertenecer a gente con poder adquisitivo, probablemente propietarios o administradores de la fábrica de salazones. Junto a ella se localizó una necrópolis con enterramientos de inhumación.
La necrópolis de mayor tamaño es la del Cerro de la Molineta, situada al este del casco urbano del Puerto de Mazarrón, junto a la cual debía extenderse otra zona de hábitat, a tenor de los restos de unas termas, una balsa y un acueducto documentados en excavaciones. Los trabajos arqueológicos, que sacaron a la luz un amplio repertorio de tumbas, tanto individuales como múltiples, permitieron documentar la presencia de una población estable con diferentes estatus sociales, relacionada probablemente con la industria de la pesca y sus derivados (Amante, 1991:472).
En esta necrópolis se excavó también un edificio absidado, de tipo cultural, de planta rectangular, probablemente un oratorio. Destaca también un panteón familiar, de planta rectangular, de 3'35 x 3'50 metros de lado, que albergaba cuatro sepulturas de inhumación y un magnífico panteón individual, que conservaba los ladrillos sesquipedalis de la cubierta de la tumba, uno de los cuales conservaba restos de decoración incisa (un équida y posibles felinos). El ritual funerario constatado en los enterramientos de la necrópolis de La Molineta presenta gran homogeneidad: las tumbas orientadas con la cabecera al Oeste y los pies al Este, inhumaciones en cajas de madera o envueltos en sudario, con el cadáver extendido en posición cúbito supino, con las extremidades inferiores juntas y los brazos cruzados en el abdomen.
El sector industrial del Puerto de Mazarrón en época tardorromana debió concentrarse junto al puerto. Destaca la gran factoría de salazones excavada bajo los edificios Aquotel e Insignia, y que se extiende también por las manzanas próximas. En ellas se documentó gran cantidad de tanques para la elaboración del salazón y el garum, pozos de extracción de agua, dependencias para tareas administrativas o almacenamiento de productos y espacios abiertos, en los cuales se desarrollarían trabajos como la limpieza y corte del pescado.
En las proximidades del Puerto se encontraba la alfarería de El Mojón, que se encargaba de producir, entre otras cosas, los envases en los que se guardaba los salazones fabricados en las Factorías. Este tipo de instalaciones se emplazaban siempre en las afueras de los núcleos urbanos por cuestiones de seguridad. Otros lugares debieron servir como vertedero, como los localizados en solares de la calle Fábrica y Corredera, o la gran balsa hidraúlica localizada en el antiguo Cine Serrano, que fue reutilizada entre los siglos IV y VI d.C como vertedero.