La casa de la calle de la Era del Puerto de Mazarrón constituye uno de los ejemplos de arquitectura doméstica más interesante de los siglos IV-V d.C en la Región de Murcia. Es una vivienda unifamiliar, de una sola planta y de 300 metros cuadrados de extensión. Se organiza en torno un patio central y el triclinium. Construida sobre la roca de la base, los suelos se realizaron nivelando esta roca, reparándose con el tiempo o sustituyéndolos completamente. Estaban realizados con tierra o barro apisonado; sólo el triclinium o habitación principal de la vivienda presentaba un suelo de mejor calidad. No se documentaron restos de pintura mural en la vivienda. El triclinium y la habitación del aljibe eran las únicas dependencias de la casa que conservaban enlucido en sus paredes. La techumbre desaguaría al patio central, donde se encontró una atarjea o canalización.
El acceso a la vivienda debió realizarse a través del patio; a cada lado se disponían dos habitaciones; en una de ellas se encontró los restos de un hogar, lo que ha permitido identificarla como una cocina. En la habitación contigua se halló un aljibe recubierto de signinum de dos metros de profundidad. El patio comunicaba directamente con el triclinium a través de un acceso escalonado; era la habitación principal de la casa, resguardada de las miradas ajenas, donde el dueño de la vivienda realizaba sus actividades domésticas dentro de un ámbito estrictamente familiar.
A cada lado del triclinium se disponían los cubicula o dormitorios. Sus habitantes debieron tener poder adquisitivo, a juzgar por el volumen de monedas halladas en su interior y por las cerámicas de importación (RUIZ, 1991:49). El ajuar doméstico descarta por completo que se tratase de un barrio de jornaleros o artesanos. Parece encajar mejor con una población dedicada a actividades administrativas o comerciales, vinculadas a la floreciente industria del salazón. Junto a esta casa se documentó un pequeño grupo de casas. Además de la ya descrita, denominada casa A, la casa B, que tenía tres habitaciones y unos 100 metros cuadrados de extensión; la vivienda C, con seis habitaciones; la casa D, destruida en gran parte y de la que sólo se pudo reconocer dos habitaciones, y la casa E, muy arrasada y de la que sólo se conservaban únicamente restos de dos habitaciones.
Se excavó parte de la red de calles y callejuelas, que formaban parte de este entramado urbano. La casa principal daba a una calle de considerable anchura, casi 4'50 metros, en la cual se conservaban restos de un empedrado que podría corresponder a las aceras de la calzada. Bajo esta calzada aparecía un canal longitudinal al eje de la calle, donde desagua la atarjea del patio de la casa A. En la ladera oeste del cerro se halló una necrópolis con enterramientos de inhumación en fosa con las paredes revestidas de ladrillo, cubiertas con encachados tumulares de piedra y enterramientos en fosa, con cubierta abovedada. Destaca también un posible panteón excavado en la roca, revestida íntegramente de obra y acoge dos fosas rectangulares.