El Concejo de Murcia concedió a Francisco Salzillo el título de 'Escultor oficial' en homenaje a su obra.
El puerto de Cartagena
La importancia de la ciudad aumentó con la ampliación de los astilleros y la construcción del Hospital de Marina.
El rey Fernando VI era hijo de Felipe V y María Luisa Gabriela de Saboya, y nieto por vía paterna de Luis, el gran delfín de Francia, y María Ana de Baviera y por vía materna de Víctor Amadeo II de Saboya y Ana María de Orleáns. Fernando VI heredó los territorios del Imperio español en Europa (reino de Nápoles), el Norte de África y América (virreinatos de Nueva España, Nueva Granada y Perú). El nuevo monarca desarrolló el Despotismo Ilustrado como sistema de gobierno de la monarquía.
Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada, emprendió un programa de reformas para la modernización de España: la creación de un impuesto único, el catastro (1749), sobre bienes inmuebles según la capacidad económica de cada contribuyente; la constitución de un banco, denominado 'Giro Real' (1752), para el impulso de las transferencias fuera del país; la liberalización del comercio con la América española a cambio del pago de un impuesto por parte de los propietarios de los navíos de registro; el fomento de la cultura con la fundación de la Real Academia de Bellas Artes (1752); la aprobación del Derecho de Patronato Universal para la elección de los obispos mediante la firma del Concordato con el Vaticano (1753) y el decreto de prisión general para los gitanos, súbditos de la Corona, en la Gran Redada.
La monarquía hispánica impulsó el crecimiento de las Fuerzas Armadas con el fin de alcanzar un equilibrio militar respecto a Inglaterra y Francia. El marqués de la Ensenada modernizó la Armada con la ampliación de los astilleros de Cádiz, Ferrol y Cartagena. El puerto cartagenero incrementó considerablemente su producción de buques tras el traslado de las Reales Atarazanas desde Barcelona. La continuación de las obras del Arsenal y la construcción del cuartel de Batallones y del Hospital de Marina (1749-50) demostraron la importancia estratégica de Cartagena en el Mediterráneo. En Águilas, la Corona construyó el Castillo de San Juan, sobre antiguas torres de defensa, para proteger la costa de la amenaza de la piratería berberisca. En el Mar Menor, el reforzamiento del sistema defensivo permitió la desaparición progresiva de la piratería y el crecimiento de los núcleos de población de Los Alcázares, convertida en lugar de descanso veraniego de la nobleza murciana, y Torre Pacheco.
En el reino de Murcia, el concejo de la capital honraba a Francisco Salzillo con el título de 'Escultor oficial' de la ciudad. El maestro de la imaginería religiosa destacó en este reinado por la producción de tallas como La Dolorosa, La Verónica, San Juan, La Oración en el Huerto y la Caída (iglesia de Jesús de Murcia), el Cristo de la Esperanza (iglesia de San Pedro), el Cristo Amarrado a la Columna (Monasterio de Santa Ana de Jumilla) y San Eloy (San Bartolomé). El Barroco murciano demostró su esplendor con la construcción de la iglesia de El Salvador en el convento de Verónicas de Murcia y con el inicio de las obras del Palacio Episcopal (1749). El obispo de Cartagena, Mateo Segade, ordenó la construcción de la sede de la diócesis junto a la Catedral de Murcia para admirar la belleza de su fachada barroca y un mirador (el Martillo) para contemplar el paso del río Segura por la ciudad.
En política exterior, el secretario de Estado José Carvajal buscaba "paz con todos y guerra con nadie" para asegurar la integridad territorial del Imperio español. La monarquía impulsó el final de la Guerra de Sucesión Austriaca con la firma del Tratado de Aquisgrán (1748). El acuerdo suponía la entrega a España de los ducados de Parma, Piacenza y Guastalla en el Norte de Italia. Además, Fernando VI llegó a un pacto con Portugal sobre los límites territoriales de los dos Imperios en América. El Tratado de Madrid (1750) estableció cambios fronterizos con la anexión española de la colonia del Sacramento en el Uruguay a cambio de la cesión a Portugal de los siete pueblos de las misiones en el Sur de Brasil.
Antonio Gómez-Guillamón Buendía