Descripción
El tarro blanco es un ánade de tamaño grande, entre 58 cm la hembra y 67 cm el macho, de pico a cola, muy fácil de identificar por el contraste de colores del plumaje y por su gran pico de forma respingona.
En la época nupcial, el macho el plumaje de cabeza y cuello es de color negro verdoso. El resto es blanco con una banda de color canela en el pecho que continúa hasta el dorso. Lo surcan líneas negras longitudinales por encima de los lados y en el vientre.
En la hembra, el plumaje es muy parecido, aunque el individuo es de menor tamaño. Durante la época no nupcial el plumaje de la hembra pierde viveza y las partes más oscuras pasan a una tonalidad pardo-grisácea.
Hábitat y distribución
El tarro blanco se encuentra muy ligado a ambientes acuáticos siempre que tengan algún grado de salinidad, y que va desde los más salados del Mar Menor, hipersalinos de las charcas de salinas activas, o las aguas salobres de embalses de interior y tramos bien conservados de ramblas salinas.
Para nidificar utiliza preferentemente dunas, saladares y taludes de ramblas, especialmente si en ellos existen huras de conejo o vegetación densa que proporcione cobertura suficiente al nido. Puede anidar en pequeñas cuevas y también junto a la costa o en islas de lagunas costeras. Los nidos pueden estar a distancias considerables de las zonas de alimentación que suelen ser lagunas litorales y continentales, grandes estanques salineros, lagunas de depuración o embalses.
Se distribuye por todo el Paleártico, hasta China, apareciendo en toda la península Ibérica. En la Península Ibérica se constata su presencia, en zonas de la mitad Este, encontrándose en Murcia, una de las pocas áreas en la que tiene una presencia permanente, exactamente en las Salinas de San Pedro del Pinatar y en la depuradora de Los Alcázares. Podemos verlo como invernante en el Embalse de Santomera, Salinas de San Pedro del Pinatar, Encañizadas y Veneziola, Salinas de Marchamalo, Playa La Hita y Salinas de Los Narejos y Marina del Carmolí y Rambla del Albujón.
Costumbres y alimentación
Su dieta es básicamente animal, a base de de caracoles y otros moluscos, insectos, trofeos y gusanos, que buscan en las zonas poco profundas y las orillas, incluyendo ocasionalmente materia vegetal.
El macho defiende celosamente su territorio, lo que ocasiona no pocas incomodidades a la siembra de otras parejas y a sus crías cuando coinciden en la misma masa de agua varias parejas. No obstante, a partir de que alcanzan cierta edad los pollos, éstos se juntan en guarderías a cargo de tan sólo unas pocas hembras.
Protección y conservación
El tarro blanco es un pato sedentario, aunque en invierno Murcia recibe numerosos ejemplares venidos desde regiones situada más al norte.
En la actualidad se clasifica a esta especie como VULNERABLE a escala regional por considerarse escasa su población. Sufre directamente la presión turística, que provoca la alteración y fragmentación de sus lugares habituales de cría, que suelen estar a cierta distancia de las masas de agua.
Curiosidades
A pesar de ser un ave acuática, cría en cavidades de taludes terrosos, bien sean naturales o excavadas por otros animales, a veces muy alejado del agua. Esto le causa muchos problemas en los desplazamientos con los numerosos pollos de su nidada, sobre todo si se encuentran carreteras por medio.
Al igual que los patos, los tarros pierden todas sus plumas rémiges, al mismo tiempo, al mudar, y no podrán volar hasta que les hayan crecido las nuevas. Entonces existe un verdadero peligro para las aves y con el fin de sustraerse a la acción de los predadores, los Tarros Blancos se reúnen en el mar, en bancos de arena, en bandos de varios millares de individuos.
Vicente Hernández Gil