Herbácea anual de hasta 80 cm, con frecuencia los ejemplares de mayor tamaño tienen la base leñosa. Tallos a veces postrados, de habitual erectos, ramificados y por lo general lampíños (sin pelos), ocasionalmente pubescencia fina y dispersa, sin glándulas. Hojas de hasta 7 cm de longitud, de ovadas a rómbicas, algo lanceoladas, de extremo agudo, casi acuminado y margen entero, algo lobulado o dentado, con peciolo de hasta 4 cm. Flores simétricas, de cinco piezas blancas, rosadas o violáceas, pediceladas, hasta 10 en inflorescencia de tipo cima umbeliforme; anteras convergentes, las cinco pegadas a modo de una única, pero no soldadas(véase fotografía). Fruto de tipo baya, subglobosa, sin pelos, verdoso en la maduración, prácticamente negro cuando maduro.
Hábitat y distribución
Hierba que medra bien en terrenos incultos, alterados, ricos en nitratos de escombreras, márgenes de caminos y cultivos. Planta de amplia distribución, cosmopolita (que habita en todos los continentes de la Tierra, salvo en las zonas heladas y desérticas), muy común en la Península Ibérica, de igual modo es muy frecuente en la Región de Murcia.
Observaciones
El nombre común hace referencia a la similitud de sus frutos con los de otra solanácea, a los tomates de la tomatera (Lycopersicum sculentum), con la particularidad que estos "tomates pequeños" o "tomatillos" de Solanum nigrum son tóxicos, de ahí que venga acompañado del atributo "del diablo". Toda la planta es venenosa, aunque las sustancias tóxicas solanina y solanidina (glicoalcaloides propios de solanáceas) están más concentradas en los frutos.
Una especie similar, con la que puede confundirse, es Solanum villosum, de por lo general tallos y hojas con pelos glandulosos y bayas de tonalidad amarilla o naranja, distribuida principalmente por la franja costera oriental (Cartagena).
José Antonio López Espinosa