Adelantado Mayor

  Este cargo real se encargaba de gobernar el territorio de frontera entre el reino cristiano de Murcia y el reino islámico de Granada.

     Manueles vs Fajardos

  Estos dos linajes nobiliarios se enfrentaron por el control del poder político en el reino castellano de Murcia entre los siglos XIII y XV.


     La firma del Pacto de Alcaraz entre el infante don Alfonso de Castilla y la familia de Ibn Hud supuso la Reconquista cristiana del reino de Murcia en 1243. A cambio, los musulmanes conservaron sus cargos públicos, sus propiedades, su religión y sus tradiciones. Los mudéjares murcianos protagonizaron una revuelta contra Alfonso X 'El Sabio' en 1264, debido al supuesto incumplimiento del Pacto de Alcaraz por parte de la Corona castellana. La intervención militar de Jaime I 'El Conquistador' permitió el aplastamiento de la rebelión mudéjar y la devolución del reino de Murcia a la Corona de Castilla. La derrota islámica provocó la emigración masiva de los mudéjares murcianos al reino de Granada. Alfonso X repobló el reino murciano con caballeros procedentes de las Coronas de Castilla y Aragón, lo que conllevó un nuevo repartimiento de tierras a los reconquistadores cristianos, entre 1269 y 1272. 

     Alfonso X impulsó la creación de los concejos del reino de Murcia, con sus respectivos alfoces o términos municipales. Así nacieron, por ejemplo, los municipios de Mula (1245), Cartagena (1246), Aledo (1246), Yecla (1254), Murcia (1266) y Lorca (1271). El Rey Sabio reguló el gobierno de los concejos del Reino mediante la concesión de los Fueros de Sevilla y de Córdoba. El primero legislaba los municipios reconquistados pacíficamente y el segundo los municipios reconquistados militarmente (Cartagena, Lorca y Mula). El reino de Murcia estaba dividido en señoríos de realengo, religiosos y nobiliarios. La monarquía controlaba directamente los concejos de la Huerta de Murcia, el Mar Menor, el Campo de Cartagena, el Valle del Guadalentín y parte de La Mancha.

   Las Órdenes Militares también estaban presentes en el reino de Murcia. La Orden de Santiago era la más importante y dominaba el Valle de Ricote, el Noroeste, Aledo y Totana; la Orden de San Juan gobernaba Archena y Calasparra, y la Orden de Calatrava, Abanilla. Por su parte, los nobles controlaban núcleos dispersos, a excepción del marqués de Villena. Este marquesado constituía el señorío nobiliario más importante del reino de Murcia y su señor gobernaba un área amplia comprendida por territorios del Altiplano (Jumilla, Yecla), La Mancha (Hellín, Tobarra, Almansa) y Alicante (Crevillente, Elda, Elche, Sax y Villena).

     Castilla delegó el gobierno del reino de Murcia en el Adelantado Mayor. Este cargo real sustituía al Merino Mayor en la gestión de la frontera. El reino de Murcia constituía una entidad fronteriza con la Corona de Aragón y el reino de Granada. El primer Adelantado Mayor de su Historia fue Juan García Villamayor. El linaje de los Manueles convirtió este cargo de elección real en un monopolio de carácter hereditario a partir del infante don Manuel de Borgoña. Don Juan Manuel, hijo del infante don Manuel y sobrino del rey Alfonso X, heredó el Adelantamiento Mayor del reino de Murcia y el señorío de Villena, y poseía atribuciones para el nombramiento de los alcaldes y regidores de los concejos. El infante don Juan Manuel tenía el poder hegemónico en el Sureste peninsular, ejemplificado en un ejército privado de un millar de caballeros y en la acuñación de moneda propia. La acumulación de poder causó enfrentamientos diplomáticos entre el infante don Juan Manuel y los monarcas de Castilla Fernando IV y Alfonso XI. La reconciliación con la monarquía llegó con la devolución de los bienes al infante por parte de Alfonso XI y con la participación de don Juan Manuel en la batalla del Salado contra los musulmanes. Además, don Juan Manuel destacó en el campo literario con la publicación de 'El conde Lucanor', la obra cumbre del siglo XIV.

     El Rey Pedro I 'El Cruel' concedió al reino de Murcia la sexta corona de su escudo e incluyó en él castillos y leones para reforzar su pertenencia a Castilla, en reconocimiento por los servicios militares prestados durante su guerra contra la Corona de Aragón (1357-64). La causa del enfrentamiento fue el apresamiento de un buque genovés en el puerto de Sevilla por parte de la flota aragonesa. El conflicto terminó con la firma de la paz entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón. El acuerdo significaba la devolución de las plazas anexionadas por ambas partes. Entre 1366 y 1369, el rey Pedro I y el infante don Enrique de Trastámara lucharon por el trono de Castilla en una guerra civil. Los linajes nobiliarios se dividieron entre los dos bandos. En el reino de Murcia, los Fajardos apoyaron a Pedro I y los Manueles al infante don Enrique de Trastámara. La victoria de Enrique de Trastámara conllevó también el triunfo del linaje de los Manueles.

     El Rey Juan I nombró Adelantado Mayor a Juan Sánchez Manuel, pero designó como lugarteniente a un rival suyo, Alfonso Yáñez Fajardo, para lograr la paz social en el reino de Murcia. "De este modo, mientras Juan Sánchez Manuel conservaba el Adelantamiento, aunque alejado de Murcia, el poder efectivo quedó en manos de sus oponentes, ante la incapacidad del monarca para reconducir la situación por otros derroteros", destaca el historiador Miguel Rodríguez Llopis. A la muerte de Juan Sánchez Manuel, Juan I eligió Adelantado Mayor a Alfonso Yáñez Fajardo en 1383. De esta manera, el poder político del reino Murcia pasaba definitivamente del linaje de los Manueles a los Fajardos a finales del siglo XIV.

  Antonio Gómez-Guillamón Buendía