Los romanos conquistaron la Península Ibérica y Baleares entre los siglos III y I a. C. Roma consiguió el dominio sobre el Levante y el Sur de la Península Ibérica durante la campaña militar del general Publio Cornelio Escipión 'El Africano' contra los cartagineses en la II Guerra Púnica. Esta campaña permitió al Ejército romano la anexión de Carthago Nova (Cartagena), la capital púnica de Iberia, en el año 209 a. C.


   Roma realizó varias divisiones administrativas de la Península Ibérica durante su dominación:



             Yacimientos

-Acueducto romano (Cehegín)
-Augusteum (Cartagena)
-Baños de Alhama
-Baños de Archena
-Baños de Fortuna
-Begastri (Cehegín)
-Cabezo del Castellar (Mazarrón)
-Calzada de Los Grajos (Cieza)
-Calzada romana (Cartagena)
-Calzada y villa de Yéchar (Mula)
-Casa de la Fortuna (Cartagena)
-Cerro de la Fuente (Caravaca)
-Cerro del Molinete (Cartagena)
-Cueva de la Serreta (Cieza)
-Cueva Negra (Fortuna)
-El Casón (Jumilla)
-El Mojón (Mazarrón)
-Ermita de la Encarnación (Caravaca)
-Ermita de Santa Bárbara (Cehegín)
-Ermita de Singla (Caravaca)
-Factoría de Salazones (Mazarrón)
-Fuente Caputa (Mula)
-La Quintilla (Lorca)
-Las Canteras (Cartagena)
-Los Cantos (Bullas)
-Los Torrejones (Yecla)
-Los Villares (Cehegín)
-Los Villaricos (Caravaca de la Cruz)
-Martyrium (La Alberca, Murcia)
-Salto de la Novia (Ojós)
-Teatro Romano (Cartagena)
-Termas de la Loma (Torres Cotillas)
-Torre Ciega (Cartagena)
-Villa del Alamillo (Mazarrón)
-Villa del Paturro (Cartagena)
-Villaricos (Mula)

-En la primera (197 a. C.), Hispania estaba formada por dos provincias: Citerior (Levante) y Ulterior (Sur). La actual Región de Murcia constituía la frontera entre las dos demarcaciones. El norte y el este pasaron a la Citerior y el oeste y el sur a la Ulterior.
-En la segunda (29 a. C.), el emperador Augusto creó tres provincias: Bética (capital, Córduba-Córdoba), Lusitania (capital, Emérita Augusta-Mérida) y Tarraconensis (capital, Tarraco-Tarragona). La Región de Murcia se integró en la Tarraconensis, un vasto territorio comprendido entre el cabo Finisterre y el cabo de Palos y abarcaba el Noroeste, la cornisa cantábrica, el valle del Ebro, las dos Mesetas y el Levante.
-En la tercera (293 d. C.), el emperador Diocleciano constituyó cinco provincias: Gallaecia (capital, Lucus-Lugo), Tarraconensis (capital, Tarraco-Tarragona), Lusitania (capital, Emérita Augusta-Mérida), Bética (capital, Híspalis-Sevilla) y Cartaginensis (capital, Carthago Nova-Cartagena).

   La provincia Carthaginensis incluía gran parte de la Meseta, el Levante, el Sureste y las islas Baleares. Éstas constituyeron su propia provincia en el siglo IV d. C. bajo el gobierno del emperador Teodosio. La Cartaginensis nacía como consecuencia de la reorganización administrativa del Imperio Romano, con la finalidad de mejorar la seguridad en las provincias frente a los ataques de los bárbaros y de luchar contra la crisis económica mediante el incremento de la recaudación de impuestos.

   La Carthaginensis era una provincia eclesiástica de Hispania, que incluía diócesis de importancia como las de Toletum (Toledo), Valentia (Valencia), Ilici (Elche) y Eliocroca (Lorca). La demarcación contaba, además, con la Vía Augusta, la calzada romana más importante de Hispania, con 1.500 kilómetros de recorrido por la costa mediterránea entre la cordillera de los Pirineos y la ciudad de Gades (Cádiz).

   La creación de la provincia Carthaginensis supuso el reconocimiento de la importancia de la ciudad de Carthago Nova, antigua capital de los púnicos en la Península Ibérica, y a su capacidad de influencia en el área circundante. El poeta latino Rufo Festo Avieno describe en su 'Ora Marítima' la ciudad romana de Carthago Nova. "Es la más poderosa de todas las ciudades de la zona. Carthago Nova goza de una situación natural fuerte y de unas murallas bellamente construidas. La ciudad dispone de varios puertos, una laguna y tiene minas de plata. En ella abundan las industrias de salazón y constituye el mayor emporio para los habitantes del interior, que vienen a buscar las mercancías llegadas a través del mar, y para los comerciantes extranjeros, que quieren adquirir productos locales".

  El emperador Mayoriano eligió la ciudad de Carthago Nova como base de la flota romana en su intento de recuperar la soberanía del Norte de África, en manos de los vándalos desde la primera mitad del siglo V d.C. Los vándalos frustaron las esperanzas imperiales con su victoria en la batalla naval de Cartagena en el año 461.

  Antonio Gómez-Guillamón Buendía