Fulgencio Saura Pacheco, Murcia, 28 de noviembre de 1905 - 1999
Fulgencio Saura Pacheco es uno de esos pintores murcianos que tuvo que luchar en vida por el reconocimiento de sus contemporáneos y ha dejado como herencia a sus descendientes seguir porfiando para que su trabajo no se pierda en la densa niebla de la incomprensión mundana.
Velado por lo prosaico de su profesión “oficial”, la de sastre, y por la ramplona ceguera de una sociedad que no sabe separar el trigo de la paja ni juzgar el arte sin los oropeles de las modas y el dictamen de críticos encumbrados por esa misma artificialidad, este autor merece una revisión de sus obras. Si bien es cierto que la diversidad de estilos en sus óleos y acuarelas hacen árdua la tarea de clasificarlo en estilos y corrientes, no lo es menos que el pintor, fruto del estudio y del tesón por la búsqueda de la estética plástica, alcanzó cotas altas en estos empeños.
Realismos impresionismos, romanticismos, simbolismos y hasta ciertas abstracciones son cuadrículas para definir su obra, pero insuficientes para valorarlo como el pintor que verdaderamente fue. Una contemplación de su obra ahora, si prejuicios, puede mostrarnos hasta dónde llegó y qué pretendidos cielos supo plasmar, y dejarnos.
Fulgencio Saura Pacheco nació en la calle San Nicolás de Murcia el 28 de noviembre de 1905 y su afición por la interpretación plástica le llevó pronto a interesarse por la pintura y el dibujo, siendo alumno de esta última materia en el Círculo de Bellas Artes de esta ciudad allá por 1920.
Sus biógrafos destacan de él la fuerte impresión que le causó la visión del lienzo de Joaquín Mir “El huerto del cura”, cuando, sobre 1928, pudo contemplar de cerca la obra de este artista posmodernista catalán durante una breve estancia en Barcelona, que sería determinante para sus propias creaciones artísticas, especialmente para sus paisajes, y la captación de la luz mediterránea en los campos murcianos.
Casado en 1933 con la mujer que le acompañaría durante su longeva vida, compatibilizó la profesión de sastre desde su taller en la calle San Pedro de Murcia con la creación de una fecunda obra que mostró también en numerosas exposiciones en salas públicas y galerías de la región y de otras ciudades españolas.
La década entre 1940 y 1950 es decisiva para este autor, con una prolífica obra realizada desde su estudio en su taller de la calle Alfaro, durante la que mostró su predilección y pasión por el río Segura, entonces caudaloso y cristalino, y todavía libre y altivo para adentrarse por los cañizos de las verdes riberas que tanto amó el pintor.
El pintor recibió en 1956 el Premio de la Asociación de la Prensa, por su obra La Promesa, y en 1961 obtiuvo un accésit de la Diputación Provincial por su cuadro Modelo ante el espejo.
En 1972, consiguió su gran premio, como mérito a su vida de artista, a los 66 años de edad. al serle seleccionado y adquirido por el Estado su lienzo Otoño, que fue adquirido por el Estado para los fondos del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
En 1991 fue merecedor del Laurel de Murcia por la obra realizada a lo largo de su vida, otorgado por la Asociación de la Prensa.
En 1996, fue homenajeado por el Ayuntamiento de Murcia, con la nominación de una calle, y en 1997 se le rinde un homenaje mediante una retrospectiva de su obra en la sala de exposiciones del palacio Almudí de Murcia.
El pintor falleció en 1999.
Bibliografía
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Melgares Guerrero, José Antonio et al. Saura Pacheco, Ceutí. Ayuntamiento de Ceutí, 2003
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Belmonte Serrano, José et al. Homenaje a Saura Pacheco. Centro de Arte Palacio Almudí. Ayuntamiento de Murcia, 1997
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Saura Mira, Fulgencio. Saura Pacheco. Murcia. Ministerio de Cultura, 1980
Información elaborada por José Alberto Bernardeau