En 1870 el arquitecto Lorenzo de la Fuente realizaba un proyecto de la plaza de toros para Caravaca, pero se quedó sólo en planos, ya que hasta 1880, con el nacimiento de la sociedad "La Constructora Caravaqueña" no se construirá el coso.
A comienzos de mayo de 1880 una treintena de caravaqueños se reunían para tratar el tema de construir una plaza estable, mediante acciones. Se nombró para el tema a Francisco Sánchez Olmo como Presidente del Consejo de administración, llegando a comprar acciones cerca de doscientos vecinos. Antes de acabar el mes ya tenían los terrenos, licencia y proyecto, con un presupuesto de 136.000 reales (111.111 pesetas), que no incluía puertas, ventanas, ni rejería.
Fue construida sobre las ruinas del monasterio de San Francisco, abandonado en el año 1835. Los planos y presupuestos de la plaza se presentaron el 27 de mayo de 1880 y se aprobaron al mes siguiente. Las obras empezaron rápidamente y se terminaron en un tiempo record de noventa días.
A comienzos de junio tenía lugar el acto protocolario de la "primera piedra", con banda de música y los discursos pertinentes. La prensa se hacía eco del nacimiento de La Constructora Caravaqueña y daba cuenta de los responsables de la misma. Francisco Puerta era el maestro constructor, encontrándose con problemas en el terreno que le obligaron a cambiar y modificar los planos del proyecto.
No debía ser muy grande la plaza, ya que se construyó entre el 7 de junio y el 20 de septiembre, aunque tenía seis puertas de entrada, dos escaleras para llegar a los tendidos y un aforo para 6000 personas. Se hizo cargo de ella una sociedad arrendataria encabezada por Antonio Montoya Hervás.
El 28 de septiembre de 1880 se inauguró la Plaza de Toros. Aquella tarde toreó Francisco Arjona Reyes 'Currito', hijo del famoso 'Cuchares', y José Martín, alias 'Santera II', con toros de la ganadería de Agustín Flores.
En enero de 1881 ya se tenían que realizar obras de mejora y en marzo se producían hundimientos por lo que se tuvo que arreglar el piso, grada, cubierta y arcos de los tendidos. Meses después, las lluvias de octubre, provocaban diversos daños. En agosto ya se decía que el coso estaba inservible.
Entre 1889 y 1895 sólo se abrió la plaza en dos ocasiones y en 1896 con la plaza en ruinas, interviene Antonio de Bejar Ciller que la mejora y realiza la fachada. Pese a todo, en 1911 se considera que la plaza vuelve a estar en ruinas.
El 4 de octubre de 1926 se inauguraba una segunda plaza en el mismo solar, con una capacidad de 10.000 personas. De esta segunda plaza comienza a hablarse en 1925. Bartolomé García López compró la ruinosa plaza de toros y con proyecto de Manuel Muñoz Cassajus se puso manos a la obra. Con fachada neomudejar, abrió sus puertas el 4 de octubre de 1926, con reses del Marques de Guadalest para los diestros Martín Agüero, Antonio Márquez y Niño de la Palma. A partir de 1940 la plaza pasa a ser propiedad de José Meseguer Ródenas.
El último festejo que tuvo lugar en esta plaza fue en 1981, cerrándose por su estado ruinoso.