La escultura en Carthago Nova

     Hallada en 1857 en el nº 33 de la calle Cuatro Santos de Cartagena, se trata de un retrato de un niño de unos 6 o 7 años, que ciñe su cabeza con una corona de hojas de olivo envueltas en una ancha banda de tela. La calidad artística y de estilo de la labra la convierten en uno de los mejores productos de la plástica de la Cartagena Altoimperial.

     Frecuentemente se ha identificado con Augusto niño o algún otro miembro infantil de la gens Iulia, si bien su datación hacia el 40 d.C. desaconseja la propuesta. Antes bien, quizá la corona ha de interpretarse como corona conuiuialis, enlazando con la idea de inmortalidad que se quiere asegurar a un niño fallecido prematuramente y a quien este retrato representaría de forma idealizada. En este sentido, engarzado bien en una estatua icónica o en un busto, podría haber estado emplazada en un atrio o cualquier otro ámbito de representación de la vivienda familiar, como el triclinium.