El Teatro de Carthago Nova es uno de los edificios romanos mejor conservados de la Península Ibérica y el monumento antiguo más importante de la ciudad de Cartagena. Remontándonos a sus orígenes, la inauguración del Teatro de Carthago Nova debió celebrarse entre el 5 y el 1 a.C. Tiempo atrás, la ciudad había recibido el estatuto de colonia y emprendido una renovación urbana que concluiría en época augustea con la monumentalización del Foro y la edificación a los pies del Monte de la Concepción del Teatro. Concebidos como materialización del bienestar conseguido por el Imperio, los edificios de espectáculos se convierten en la plataforma ideal donde plasmar el ideario perseguido por éste. En el caso de Carthago Nova, sólo conocemos el programa ornamental del teatro romano, emblema de la monumentalización augústea y, por ello, genial resumen de la iconografía Altoimperial.
El teatro romano contaba con un programa decorativo cargado de mensajes ideológicos, entre los que destaca el énfasis en el culto a las divinidades tradicionales del Estado Romano, a través de tres altares donde se representan los símbolos de la Tríada Capitolina. Otros mensajes se vislumbran en la colocación de la escultura de Apolo presidiendo la valva regia, en tanto era una divinidad venerada por Augusto tras su victoria en Actium, y en el relieve de Rea Silvia, que remite a los orígenes de Roma, y cuya iconografía fue ampliamente promovida por el emperador en su arquitectura monumental. Las esculturas están realizadas en mármol blanco de Luni y parecen datarse en los últimos años del siglo I a.C.