Ambrosio de Salazar (Murcia, 1572 - París, 1643)
Ambrosio de Salazar fue escritor, gramático y maestro de español. Nació en el año 1572 y a finales del siglo XVI o principios del siglo XVII se estableció en Francia, donde ejerció su actividad pedagógica. Durante el reinado de Enrique III tomó parte en las campañas militares de las 'Guerras de Religión' y, según palabras del propio Salazar, fueron "los reveses de la fortuna" los que le llevaron a vivir en el país vecino. A la muerte del rey Enrique intentó establecerse de nuevo en España como profesor, pero no tuvo éxito y volvió a Francia fijando su residencia en Rouen, donde existía un emprendedor gremio de impresores y libreros.
Tras la publicación de su libro Espejo general de gramática en 1614 fue llamado a París para impartir clases de español a Luis XIII, desplazando en esta tarea a grandes hispanistas franceses como Cesar Oudin, con el que sostuvo una dura polémica. En aquella época, los gramáticos españoles mantenían una fuerte competencia con los franceses, algunos de ellos muy buenos conocedores del español. Pero, en general, los profesores españoles eran preferidos por los alumnos franceses debido a su menor rigidez a la hora de enseñar el idioma.
Tras el matrimonio de Luis XIII con la Infanta Ana de Austria en 1615, Salazar desempeñó el cargo de secretario e intérprete de la reina Ana. La enseñanza del español en Francia experimentó a partir de entonces un gran auge. Salazar describe en su Espejo general de la gramática el ambiente en la Corte, así dice: "Se hallarán en París la tercia parte de cortesanos que saben hablar castellano y la mayor parte sin auer estado en España".
En aquel momento, fue quizá el gramático español más famoso en Francia, aunque hubiera contemporáneos suyos más competentes que él en esta materia, así como el que más obras escribió. Lo verdaderamente importante del trabajo de Salazar no es su gran dominio de la gramática, sino el método de enseñanza del idioma extranjero que propone a los alumnos, en parte inspirado en su propia experiencia como estudiante del francés. Salazar da prioridad a la lengua hablada sobre los conocimientos gramaticales, que considera secundarios. Plantea el estudio de la lengua a través de la lectura de cuentos e historietas, la utilización de expresiones coloquiales, no emplear la lengua materna durante las clases, leer en voz alta los textos para que el profesor corrija la pronunciación y anotar las palabras más difíciles. Procedimientos que se siguen aplicando en la actualidad. Ambrosio de Salazar ejerció la enseñanza del idioma español, según él mismo afirma, durante treinta años y dejó publicados numerosos libros didácticos en París, Rouen y Bruselas.