Volver la mirada al pasado de una tradición sin precedentes en la historia cartagenera, como lo es la Semana Santa, significa adentrarse en determinados aspectos antropológicos y sociológicos necesarios para entender la popularidad del festejo religioso. Evocar los sufrimientos del Cristo de la Pasión forma parte de los ritos del catolicismo español desde sus orígenes. Comportamiento paradójicamente contrario al verdadero espíritu del cristianismo y que conecta, indefectiblemente, con el denominado folclore religioso. Desde este punto de vista tiene lugar la manifestación religiosa externa con mayor arraigo popular en Cartagena.
La imbricación entre fe teológica y religiosidad popular -para los más críticos, en ciertas devociones, idolatría- es innegable y de hecho la propia jerarquía eclesiástica lo alimenta sin dejar de tutelar y vigilar las costumbres religiosas populares que emergen a veces amenazantes, ajenas a la existencia de una autoridad religiosa. Arropando todo el entramado cobran un protagonismo medular los grupos de devoción intrínsecos y las asociaciones marianas.
Diego Victoria Moreno
Revista Cartagena histórica, nº 19