1er bombardeo: 18/10/1936 | 2º bombardeo: 20/10/1936 | 3er bombardeo: 27/10/1936
Tras unos intensos días de descarga de material de guerra tanto en los muelles del puerto como del Arsenal, el mando Nacional preparó una operación sobre Cartagena para cortar este enorme flujo de entrada o al menos dificultarlo, puesto que los efectivos usados fueron pocos. Así, sólo dos Ju.52/3m de las escuadrillas de ''Pedros'' y ''Pablos'' iban a utilizarse en este bombardeo.
En el mes de octubre de 1936 aún no estaba formada en España como tal la Legión Cóndor, aunque diversos envíos de material y personal alemán operaban en la zona sublevada desde el primer mes de la guerra. Entre estas unidades aéreas se encontraban seis Ju.52 con tripulaciones alemanas y que formaban dos patrullas: ''Pedros'' y ''Pablos'' a los mandos de Von Moreau y de Henke. Estos trimotores ya habían actuado en diversas operaciones de bombardeo o de aprovisionamiento como en el caso del asediado Alcázar de Toledo, y además como parte del puente aéreo del paso del Estrecho realizado en el mes de agosto de 1936.
Los Ju.52 fueron destacados a la base de Armilla (Granada), desde donde despegaron hacia las 4 de la mañana del domingo 18 de octubre de 1936. Tras un vuelo de unas 2 horas, estos Junkers localizaron el puerto aún de noche, y a su vez fueron localizados por las baterías de la DCA de Cartagena que empezaron a dispararles. Los aviones dieron una sola pasada en ruta sur a norte, uno detrás del otro, y desde unos 1.500 metros de altura pudieron lanzar 10 bombas de 250 kilos contra los barcos anclados en el muelle, pero el reguero de bombas se introdujo en la ciudad y provocó el despertar de los cartageneros que dormían en sus casas; era las 6:15 horas.
El impacto de las potentes SC-250 destrozó numerosas edificaciones de las calles más céntricas de Cartagena y provocó el fallecimiento de 22 personas según el periódico Cartagena Nueva del día 20. También hubo numerosos heridos entre militares y población civil. Las ambulancias de la Cruz Roja de Cartagena tuvieron que actuar al máximo aquella madrugada, pero no debieron ser tantas las víctimas.
La confianza de los habitantes de Cartagena tanto en sus defensas antiaéreas, como en el hecho de vivir lejos de los frentes, es decir, en la retaguardia, se quebró drásticamente aquella madrugada de domingo. Desde algunos puntos de la ciudad las explosiones de las bombas se interpretaron como tracas de fiesta, pero nada más lejos de la realidad. El miedo a los bombardeos crecería en el futuro, pero curiosamente aquel domingo, muchos cartageneros ''pasearon'' por estas calles con la intención de descubrir lo que aquellas bombas habían provocado en su querida ciudad.
Para aquel domingo estaba prevista una manifestación por la ayuda recibida de Rusia y que curiosamente fue la causa del bombardeo estratégico del puerto de Cartagena con unas pocas bombas. En esa época se utilizaban sólo 5 cargadores de bombas SC, de los 6 que podían llevar los Ju.52/3m, por lo que el total de bombas, 10 de 250 kilos, pudo no ser arrojado aquella mañana. Tal vez un Junker no lanzó su carga o la dejó en otra parte. Los aviones sufrieron el fuego antiaéreo de las piezas Vickers, pero pudieron regresar a su base de Armilla sin más contratiempos.
Valoraciones
Un parte de la aviación Nacional indicaba sobre este ataque: Frente Sur: Dos Junkers bombardearon a primera hora de la mañana el puerto de Cartagena con un excelente resultado. Durante el bombardeo han sido objeto de nutrido fuego antiaéreo.
El semáforo de Galeras no registró este bombardeo pues en estas fechas sus guardias aún no se extendían a las 24 horas del día. Igualmente, el resumen de la DCA de Cartagena sólo indicaba que tres aparatos habían bombardeado, durando 30 minutos la alarma.
Según los datos del entonces jefe de la Aviazione Legionaria, el coronel Ruggero Bonomi, el día 18 había desplazado seis de sus cazas CR.32 a Granada para dar escolta a dos patrullas de Junkers que iban a bombardear Cartagena. Finalmente, al ser la misión nocturna, no debió producirse la escolta de los cazas italianos.
Bastante inquietud creó en los cartageneros el hecho del primer bombardeo aéreo que se sufrió el domingo 18, pero hay que reconocer que no cambió sus vidas, pues la ciudadanía y las unidades militares no alteraron comportamientos. Las autoridades civiles y militares sí vieron la necesidad de dotar a la ciudad de refugios antiaéreos para la población, y pronto comenzaron los estudios necesarios de ubicación y capacidades. Pero se constató que aquel lunes 19 todo el mundo en Cartagena estaba en su puesto, en su trabajo, o en sus quehaceres cotidianos.
En el primer ataque se utilizaron dos Junkers con tripulaciones alemanas, pero existían dentro de la Aviación Nacional, doce Junkers iguales que formaban dos escuadrillas Españolas: la 1/E22 y la 2/E22. Buscando el mismo objetivo la segunda de estas escuadrillas había sido trasladada a la base de Armilla de forma temporal, el 17 de octubre de 1936. Al mando del capitán Carrillo, la escuadrilla montó una misión de bombardeo para la madrugada del martes día 20.
Tres Ju.52 despegaron pasada la medianoche de Armilla y volaron siguiendo la ruta de la propia carretera, presentándose hacia las 3:35 horas sobre Cartagena. Era una noche muy oscura pero el objetivo de bombardear, probablemente la estación del FF.CC., tenía que cumplirse. Pronto fueron localizados por las baterías de la DCA que empezaron a hacer sobre ellos un nutrido fuego que complicó el bombardeo casi a oscuras. La carga era en esta ocasión de 6 bombas de 250 kilos en cada Junker, 18 en total. En una sola pasada lanzaron casi toda su carga.
Sin poder observar nada, los aviones pudieron aparecer más tarde, hacia las 4:00 horas, para ver el lugar donde habían bombardeado casi a ciegas. Esto llevó a alargar el tiempo de alarma y de nuevo los disparos de las piezas antiaéreas. De cualquier manera, los tres trimotores volvieron a su ruta de carreteras y hacia las 4:30 horas pasaron por la vertical de Totana. Uno de estos tres Junker se salió de la formación y volvió hacia el pueblo para lanzar a las 4:35 horas la carga que en su bodega aún quedaba. Sin más contratiempos los aviones regresaron a Armilla.
Valoraciones
De nuevo, un parte Nacional indicaba lo siguiente sobre el ataque: Frente Sur: Por la madrugada ha sido bombardeado el puerto de Cartagena donde se han producido incendios, no observándose otros efectos por la falta de luz. La artillería antiaérea actuó con intensidad durante el ataque.
El semáforo de Galeras que ya disponía de guardias permanentes, indicó que a partir de las 3:35 horas se empezaron a oír ruidos de motores de aviación, empezando el fuego de cañón y fusiles, cesando a las 5:30 horas. No indicaba nada más. Escueto también resultaba el resumen de la DCA de Cartagena, que anotó que desde las 3:30 horas, varias escuadrillas habían atacado por espacio de 2 horas, siendo derribados dos aparatos. Esta información salió, además, en el parte de guerra republicano del día 21, de la siguiente manera: Frente del Sur: La aviación fascista ha bombardeado en el día de ayer Cartagena. La artillería antiaérea que protege la ciudad puso en fuga a los aviadores rebeldes, después de haber abatido a dos grandes trimotores, cuyos doce tripulantes perecieron carbonizados; la población civil no ha sufrido daño alguno.
No fue abatido ninguno de los aviones, ni hubo bajas en sus tripulaciones. Y es de destacar que este segundo bombardeo pasó muy desapercibido para el pueblo de Cartagena, que si bien pudo atestiguar que hubo dos ataques en solo tres días, no pudo localizar los impactos de esta segunda visita aérea. Se supuso que una vez ''descubierta'' Cartagena, habría más bombardeos, pero esto no supuso un problema importante, de momento.
Tan solo una semana después, la aviación nacional constatando que el tráfico de material bélico en el puerto de Cartagena continuaba, y que el objetivo a batir eran los talleres de la Base Aeronaval de Los Alcázares, donde se montaban los cazas I-15, I-16 y los bombarderos SB-2, volvió a operar con una formación importante de ocho aviones sobre el puerto de Cartagena, y la citada base a orillas del Mar Menor. Sería una misión doble y coordinada entre las unidades alemanas e italianas.
La misión organizada cuidadosamente utilizaría tres Savoia S.81 de la Aviazione del Tercio, que fueron trasladados el mismo martes 27 desde Tablada en Sevilla, a Armilla en Granada. El coronel Bonomi colocó al mando de la formación italiana al capitán Altomare, quien dirigiría la misión ya que los S.81 marcharían delante con el objetivo de marcar Cartagena y bombardear la base de Los Alcázares. En Armilla se encontraban los Junkers alemanes que para esta misión usarían a cinco de sus ''Pedros'' y ''Pablos'', para machacar el puerto de Cartagena.
La doble formación de ocho aviones fue despegando en tres alas y se dirigió a sus objetivos con los italianos delante, que despegaron a las 19:35 horas y sobrevolando Sierra Nevada, estaban sobre Cartagena hacia las 21:15 horas. En el momento en el que las baterías antiaéreas les disparaban, el S.81 de Altomare sufrió problemas en un motor pero se mantuvo en formación con sus puntos y atacó con bombas incendiarias la base de Los Alcázares. Minutos más tarde, eran los Ju 52 los que llegaban a Cartagena y sufrían el acoso de la DCA, lanzando sus bombas en la trayectoria este-oeste.
Los destrozos en la base de Los Alcázares fueron escasos, alcanzando las bombas la zona de vuelo y sólo alguna cayó cerca de los talleres. El pueblo, muy cerca de la base, no sufrió ningún impacto de bomba, aunque hubo algunas víctimas en la base. En Cartagena murieron en el muelle Alfonso XII los marineros citados pero los destructores y cruceros que estaban dentro del puerto no sufrieron ningún impacto directo. El ataque fue muy cuestionado y, por tanto, ni siquiera fue nombrado en el parte de la aviación nacional, centrándose todo en el bombardeo al aeródromo Burguete de Los Alcázares, aunque se citó el fuego intenso de los antiaéreos de la plaza de Cartagena.
El semáforo de Galeras indicó igualmente la llegada de los aviones y los primeros incendios en dirección Los Alcázares, para después reflejar la generalización de los disparos defensivos y el posterior bombardeo del puerto.
Las baterías de la DCA dispararon contra las formaciones varias veces, al pasar los italianos en dirección a su objetivo en el Mar Menor, al llegar los alemanes y al volver todas las formaciones. Por tanto, la alarma duró desde las 21:15 hasta las 23:00 horas aunque desde un rato antes ya no tiraban los antiaéreos de la plaza o los emplazados en las unidades de la Escuadra. A pesar de que la respuesta de las distintas piezas antiaéreas fue tremenda, ningún avión fue alcanzado y esa noche pudieron llegar a sus bases, los alemanes a Armilla, mientras que los Savoias volvieron, según Bonomi, directamente a Tablada.
Valoraciones
Como final, es interesante analizar la información aparecida en el periódico Cartagena Nueva el día 29 referente a este bombardeo. Se indica que las tres formaciones (los tres S.81, tres Ju.52 y otros dos Ju.52) eran esperadas por la DCA y se conocía su procedencia: Cartagena Nueva. Comandancia Militar: Ayer noche desde las 20:15 horas hasta las 20:45 horas fue bombardeada esta ciudad por 3 escuadras de aviones enemigos, que sucesivamente llegaban procedentes de sus bases de Sevilla y Granada. La plaza previamente advertida por su servicio de información, ha podido advertir a sus baterías con toda oportunidad la llegada de los aparatos facciosos y estos han sido batidos antes de iniciar el bombardeo que en su consecuencia se hizo a gran altura y sin poder fijar sus objetivos permaneciendo muy poco tiempo sobre Cartagena, lanzando sus cargas precipitadamente.