En el mercado
A la hora de comprarlo se debe tener en cuenta que el ejemplar muestre un aspecto brillante, con agallas de color rojo intenso que avalan su frescura. Físicamente se comprobará que la cola sea flexible y los ojos mantengan un aspecto transparente con textura gelatinosa.
El mero se comercializa entero o en rodajas, la presentación más habitual para el consumo doméstico.
En la mesa
El mero posee una carne suave, delicada, fina y sabrosa. Contribuye a su consumo la facilidad para limpiarlo de espinas y una versatilidad gastronómica al alcance de muy pocas especies, protagonizando tanto sencillas recetas como platos elaborados.
Entre las primeras destacan sus preparaciones a la plancha, a la brasa, frito, al horno, rebozado o en papillote (envuelto en papel de aluminio o estraza e introducidos en el horno a temperatura media, cocinándose en su propio jugo).
En cada región existe algún plato con el mero como ingrediente principal. Así, hervido con cebollas, piñones, pasas, champiñones y perejil "al estilo mediterráneo" o guisado con cebolla, pimentón, ajo y vino blanco a la marinera.
En la gastronomía murciana sobresalen las preparaciones con mero en la zona de Mazarrón, Cartagena y costa de La Unión, presentando elaboraciones al horno en Bolnuevo, horneado en Leiva o a la cazuela en Roche. En el interior es frecuente encontrar mero frito con tomate, ya que la consistencia de su carne permite esta elaboración.