La historia del mero discurre aparejada a la de otros pescados abundantes en aguas del Mediterráneo. En la Antigüedad los romanos realizaban con este pescado recetas selectas para consumir durante sus Cenae, mientras que durante la Edad Media se consumía preferentemente en las costas, ya que el transporte hacia las poblaciones del interior suscitaba graves problemas de conservación. Es también mencionado en el libro de "Arte Cisoria", escrito por el Marqués de Villena en el siglo XV, donde aparece como alimento consumido en las mesas de la Realeza.
Ya en el siglo XVII, los adelantos en las técnicas de conservación de víveres, gracias al hielo obtenido en los Pozos de Nieve, así como a las mejoras en los caminos que comunican las costas con tierra adentro, el mero consigue llegar en buen estado a las lonjas del interior peninsular.
Producción y distribución en la Región de Murcia
En los puertos de la Región de Murcia se capturan anualmente cerca de 1.140 kilos de mero, principalmente desembarcados en la lonja de Santa Lucía en Cartagena, pero también con cantidades significativas en los puertos de Lo Pagán, Mazarrón y Águilas.