El hallazgo del teatro y su historia
El Teatro de Carthago Nova es uno de los edificios romanos mejor conservados de la Península Ibérica y el monumento antiguo más importante de la ciudad de Cartagena.
El hallazgo de tan excepcional edificación constituye uno de los capítulos más curiosos de su dilatada historia. Durante siglos, el Teatro permaneció oculto bajo el suelo cartagenero debido a su emplazamiento, a los pies del Monte de la Concepción, en uno de los escasos sectores de la ciudad ocupados de manera ininterrumpida desde época romana. La evolución urbana, la sucesión de barrios y la superposición parcial de la Catedral Vieja sobre la parte superior del teatro, custodiaron el secreto más valioso del pasado romano de Cartagena hasta su descubrimiento en octubre de 1988.
Desde el comienzo de los trabajos arqueológicos en 1990, se sucedieron diferentes campañas que han permitido el conocimiento y conservación de esta espléndida arquitectura teatral romana.
Remontándonos a sus orígenes, la inauguración del Teatro de Carthago Nova debió celebrarse entre los años 5 y 1 a.C. Tiempo atrás, la ciudad había recibido el estatuto de colonia y emprendido una auténtica renovación urbana que concluiría en época augústea con la monumentalización del Foro y la edificación a los pies del Monte de la Concepción del Teatro. El proyecto estuvo al servicio de la exaltación naciente del poder imperial, a la par que respondía a los requisitos de proyección de la ciudad derivados de su deductio colonial.
A partir de este momento la silueta del Teatro troquela el horizonte de Carthago Nova confiriéndole su sello de identidad, además de actuar como pieza esencial del aparato monumental de la urbanitas augústea y de marco arquitectónico ideal para ensalzar la figura del emperador, representada en este espacio escénico por los príncipes Caio y Lucio, que financiarían parte de la obra.
Arquitectura del Teatro de Carthago Nova
El Teatro Romano de Cartagena ocupa en la actual trama urbana una superficie de 5.000 m2 y unos 2.000 el pórtico post scaenam, es decir, la galería porticada que rodeaba a un espacio ajardinado y que constituye uno de los elementos distintivos de la arquitectura teatral romana.
El acceso al edificio se realizaba a través de dos pasillos laterales (aditus), sobre cuyas puertas se localizaban dinteles con dedicatorias a Lucio Caesar en la oriental y a Caio Caesar en la occidental.
El edificio consta de los elementos constructivos inherentes a este género de instalaciones:
Cavea: Es el graderío y posee la parte central excavada en la roca del Monte de la Concepción, mientras que los flancos laterales apoyan en galerías porticadas. Tiene capacidad para 6.000 espectadores, 87,20 metros de diámetro y se articula en tres sectores horizontales, denominados moeniana, divididos a su vez por cinco escaleras radiales en la ima y siete en la media y summa cavea.
Remataban la parte posterior de la cavea dos cisternas que servirían para la limpieza y mantenimiento del edificio.
Orchestra: Espacio semicircular delante del cual se desarrolla el escenario o proscenium. A este sector se podía acceder desde los corredores laterales o aditus de entrada al Teatro. En ella se colocaban en tres filas los asientos de honor (poedria) reservados a las autoridades.
Escena: En los 43,60 metros de longitud de la escena representaban los actores sus dramas o comedias.
Scaena frons: Se trata de la fachada escénica del teatro, alzada tras la escena. Consta de una planta articulada con tres exedras de tendencia curvilínea y un alzado de 14,60 metros de altura con dos órdenes de columnas, en los que la combinación de los tonos rojizo de las columnas, blanco en los capiteles y basas y grises del podium y el entablamento, provocarían un sugerente juego cromático.
Porticus post scaenam: Se desarrolla tras la fachada escénica y era el lugar destinado a cobijar a los espectadores en caso de lluvia o durante los entreactos de la representación. Es un espacio cuadrangular de 62 metros de anchura por 52 metros de largo que se desarrolla entre las actuales calles de Doctor Tapia, Cuesta de la Baronesa y Cuatro Santos. Presenta una doble galería porticada de dos pisos de altura, delimitada por un potente paramento de sillares de arenisca que sirve de muro perimetral del pórtico y donde se abren dobles exedras semicirculares de 12 metros de diámetro. Hacia el sur las galerías se interrumpen en el muro de cierre del postcaenium y bordean la zona de jardines, definiéndose un pórtico en forma de U.
Programa ornamental y simbolismo
En la financiación del teatro y en la elección de su programa decorativo debieron participar los príncipes Caio y Lucio, así como miembros de las familias más notables de la ciudad, entre los que cabe destacar a Lucio Iunius Paetus.
Dicho programa destila una alta carga simbólica destinada a proyectar mensajes ideológicos relacionados con el culto al emperador y a los dioses. Así, los altares o aras, alzados en tres exedras semicirculares situadas en el frontal del podium de la escena, representan los símbolos de la Tríada Capitolina: Juno, Júpiter y Minerva. Por otro lado, la escultura del Apolo Citaredo, que estaría presidiendo la valva regia o puerta central de la fachada escénica (Scaena frons), encarna a una divinidad venerada por Augusto tras su victoria en Actium; mientras que el relieve de Rea Silvia remite a los orígenes de Roma y constituye una iconografía ampliamente promovida por el emperador en su arquitectura ornamental.
Otros elementos decorativos recuperados en las excavaciones del Teatro Romano de Cartagena son basas, capiteles y cornisas que muestran la calidad y esbeltez del edificio, así como la procedencia itálica de los mármoles. También han salido a la luz unas aras que Lucio Iunius Paetus dedica a Caio Caesar y a la Fortuna Augusta, divinidad que garantiza el éxito en los negocios, protege a los ciudadanos y asegura la prosperidad de la ciudad.
Recuperación y puesta en valor del Teatro de Romano de Cartagena
En el año 2008 abría sus puertas el Museo del Teatro Romano de Cartagena, un proyecto integral de restauración, conservación y divulgación del monumento teatral que, además, se integra con éxito en el tejido urbano, armoniza e incorpora otros elementos patrimoniales circundantes, como la Catedral Vieja y ofrece exposiciones con las principales piezas halladas en las sucesivas excavaciones arqueológicas.