El submarino expuesto en el Paseo Marítimo Alfonso XII de Cartagena [Isaac Peral]
El submarino expuesto en el Paseo Marítimo Alfonso XII de Cartagena


     Al acceder a Cartagena por el Paseo Marítimo, el submarino de Isaac Peral recibe a quien llega señoreando el muelle. El revolucionario invento presentado al mundo en 1888 se encuentra emplazado en el Paseo Alfonso XII, puesto en alto, recordando a todos el hito que significó en la Historia de la navegación militar, al ser el primer submarino torpedero propulsado eléctricamente.

     Luego del olvido en que había quedado en Cádiz, Cartagena reclamó para sí el orgullo y el deber de exhibir el submarino de Isaac Peral, un hijo de la tierra. Pues a pesar de haber sido el arma más poderosa que pudo tener la Flota española, el proyecto quedó anulado en 1890 debido a un cúmulo de inexplicables oposiciones. Desde 1928, la nave se encuentra en tierras murcianas, aunque tan sólo desde 2002 ocupa el actual emplazamiento del Paseo Marítimo.

Un sinuoso recorrido

     A finales de 1890, la Armada dictaminó la anulación del proyecto del submarino y también su desguace. El nuevo ministro de Marina, Cánovas del Castillo, debió ejecutar el dictamen de su predecesor y enemigo de Peral, José María Berenger, quien pedía a Peral entregar toda la maquinaria de funcionamiento de la nave, la que se terminó de extraer en 1892. A partir de ese momento, el submarino, prácticamente hueco, quedó arrumbado en el Arsenal de la Carraca. Casi cuarenta años debieron pasar para que alguien se decidiera a reconocer todos sus méritos y los de su  inventor cartagenero.

     En 1914, el alcalde de Cartagena, Miguel Tobal, pidió al Gobierno que el submarino fuera conservado y se enviara a la ciudad, evitando así que se cumpliera una Real Orden para desguazarlo. Pero no fue hasta el 27 de noviembre de 1929 que, remolcado por 'El Cíclope', el submarino llegó al Arsenal de Cartagena, la tierra donde ya reposaban también los restos de Peral. La decisión se concretó cuando Mateo García de los Reyes escuchó la petición de Pedro Mercader, capitán general del Departamento Marítimo de Cartagena, quien le hizo ver el riesgo que corría el viejo casco, ya casi herrumbrado en La Carraca. Pedro Mercader había trabajado con Isaac Peral en la construcción de la nave, como oficial de electricidad del submarino.

     Al llegar a Cartagena, el casco quedó instalado en la explanada de la Base de Submarinos del Arsenal, hasta que en 1965, siendo alcalde Federico Trillo-Figueroa, la Armada lo donó a la ciudad para cumplir con el objetivo de su repatriación: ser recordado y admirado por quienes siempre habían sentido el orgullo de su hermano cartagenero, Isaac Peral. El submarino quedó expuesto en la explanada de los Héroes de Cavite y de Cuba, su anterior ubicación. El 23 de agosto de 2002 fue trasladado a su actual sitio de honor, cercano al muelle en el Paseo Marítimo de Alfonso XII, en el que recibe a diario la visita de cartageneros y turistas, ya convertido definitivamente en un emblema de la ciudad.

Datos curiosos

     Después de su llegada a Cartagena, el submarino se ausentó de la ciudad durante poco más de un año, con ocasión de la Exposición Universal de Sevilla, en 1992. Estuvo expuesto en el Pabellón de la Región de Murcia, representando el triunfo de la ciencia en manos de un cartagenero. Para el evento, se fabricaron, a modo de simpático recordatorio, unas pastillas de jabón con la forma del submarino, en color gris. El invento de Peral era ya todo un símbolo de Murcia.

     Además de los diversos lugares por los que pasó el submarino, también sus colores fueron variando durante algún tiempo. Luego de llegar herrumbrado, se lo limpió y se consiguió ver su color gris, aunque envejecido y despintado. Al colocarlo en la explanada de los Héroes, en el muelle, se lo pintó de gris claro, sobre una zona ajardinada. Pero alrededor de 1973 se lo pintó de dos colores: gris claro arriba y azul marino abajo, en lo que sería la "obra viva", la que queda bajo el agua en flotación. Poco más tarde, se retornó al lógico color gris, aunque bastante oscuro; hasta que en los años 80 se le pintó de una extraña manera, también marcando la división entre lo que queda fuera al flotar, "obra muerta", que se coloreó de gris claro; y la parte inferior de color rojo. Ante las protestas lógicas, se volvió a pintar de gris oscuro antes de partir a la Exposición de Sevilla, y al retornar, en 1993, se le retocó de un color gris muy claro. En 2002, al ser ubicado en el Paseo Marítimo, el submarino asumió su original color gris oscuro, con su proa mirando al mar.