La relación de afecto mutuo entre el matrimonio Díaz de Mendoza-Guerrero y la República Argentina tuvo su episodio más notable en 1918 cuando los actores españoles anunciaron que habían adquirido unos terrenos en los que construirían el mayor teatro del país. La empresa era tan ambiciosa que la pareja de actores llegó a comprometer al propio Alfonso XIII para que interviniese personalmente con el fin de otorgar con la mayor premura los permisos a los buques de carga que debían de llevar los materiales desde España a Buenos Aires.
El proyecto de los actores españoles contemplaba la creación de un teatro netamente español. Todos los materiales se fabricaron en ciudades españolas, de modo que como afirmaba algún diario sólo el suelo era argentino. Las industrias típicas de varias poblaciones españolas estuvieron trabajando durante varios meses para atender la demanda. Poco a poco comenzaron a llegar a Buenos Aires, sedas de Valencia, alicatados de Sevilla, muebles de Ronda, tapices de la Real Fábrica de Madrid, velones y lámparas de Lucena, azulejos de Manises, losetas de Tarragona...etc.
Inauguración del teatro
Las obras estuvieron diseñadas por los arquitectos Fernando Aranda y Emilio Repetto. El empeño de los actores por reflejar las influencias del arte español llegó hasta el punto que pidieron que se reprodujera la portada y la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares.
La inauguración tuvo lugar el 5 de septiembre de 1921, suceso que la revista La Ilustración Española y Americana calificó como ''el más extraordinario acontecimiento y el más solemne espectáculo que allí se conoció en los anales del arte escénico''. La fiesta de inauguración debía de haber estado presidida por el rey Alfonso XIII, pero el monarca no pudo asistir por los problemas internos que estaban asolando a España.
La función inaugural fue un desbordamiento de entusiasmo ante una sala abarrotada. En primer lugar Fernando Díaz de Mendoza leyó una poesía de Eduardo Marquina. Su lectura se vio varias veces interrumpida por las ovaciones del público. A continuación se representó ''La dama boba'' de Lope de Vega. La primera persona en salir al escenario fue Felipe Carsi, un actor que había cumplido 84 años.
Saludo de Alfonso XIII
Al terminar la representación el público premió a los actores con una cerrada ovación y reclamó con insistencia que se presentase en el proscenio toda la compañía. Se mezclaron los actores que estaban en el escenario con los que habían terminado su actuación y estaban vestidos de calle. Todos escucharon durante varios minutos aplausos y vítores. Posteriormente el tumulto cesó durante un instante para que Díaz de Mendoza leyese el cariñoso saludo enviado por el Rey Alfonso XIII a los asistentes.
Asimismo, el hijo mayor de la pareja de actores, Luis Fernando Díaz de Mendoza y Guerrero, en su nombre y en el de su hermano, recitó unos versos de Luís Fernández Ardavin y ofreció el edificio a los ciudadanos de Buenos Aires.
Los actores españoles dispusieron de la propiedad del Teatro Cervantes hasta 1926, año en el que después de una mala administración económica se vieron obligados a subastar el edificio para pagar las deudas que generaba. El gobierno argentino se convirtió en el nuevo propietario. El Teatro Cervantes fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1995.