Fernando Díaz de Mendoza y Aguado nació en 1862 en Murcia (aunque conviene reseñar que algunos historiadores contemporáneos sostienen que pudo haber nacido en Caravaca) muy cerca de la plaza del Teatro Romea, en la entonces llamada ''Casa de las Columnas'' por las columnas jónicas que están situadas en los flancos de su puerta. En la actualidad este lugar es conocido oficialmente con el nombre de Edificio Fontanar.
Apenas existe información sobre su infancia y su adolescencia. En su juventud se convirtió en un personaje muy conocido en los ambientes de la alta sociedad murciana, en donde era conocido como Fernando Fontanar, apelativo que recibió por uno de los títulos nobiliarios de su padre que el propio Fernando heredaría varios años más tarde. Debido a su desahogada posición económica se dedica a las diversiones propias de su rango (cacerías, bailes, casinos, etc...).
Traslado a Madrid
En la década de 1880 se traslada a Madrid en donde entabla contacto con otras familias aristocráticas. Su vida profesional da un giro inesperado en 1887, cuando la Duquesa de la Torre, Antonia Domínguez Borrell, viuda del General Serrano, recupera la animación tras el duelo por el fallecimiento de su marido y, envuelta en un ambiente cultural, decide construir un teatro que sirva de distracción a los aristócratas. El teatro recibió el nombre de su hija, Ventura.
El Teatro Ventura se construyó en un hotel de la Calle Villanueva, esquina a Serrano propiedad de la Duquesa. El hotel era un importante foro cultural en el que se reunían las familias aristócráticas de Madrid para comentar las últimas noticias, los sucesos políticos o los éxitos de los artistas.
La inauguración del Teatro Ventura tuvo lugar el 30 de enero de 1887. Pese a que el recinto no tenía una gran capacidad las funciones gozaban de tanto éxito que se repetían en numerosas ocasiones. En una de las primeras obras que se escenificaron se presentó un joven actor que hacía el papel de Cervantes en ''El loco de la Guardilla'' (una obra de Narciso Serra con música de Manuel Fernández Caballero). Este joven era Fernando Díaz de Mendoza que aquel día recibió la primera ovación de su vida.
Primeros elogios
Tras esta representación Díaz de Mendoza se convierte en un actor insustituible. Cada papel que representa recibe innumerables elogios de los asistentes. El 8 de mayo de 1887, apenas unas semanas después de la primera puesta en escena de Díaz de Mendoza, aparece en el periódico ''El Archivo Diplomático Político y Consular de España'' su primera crítica positiva ''¿No ha visto usted nunca, amiga mía, representar al Señor Díaz de Mendoza? Si se dedicase al teatro sería gloria de la patria escena''.
El momento cumbre en la ascensión como actor del aristócrata murciano fue la representación de la obra de Tirso de Molina ''El vergonzoso en palacio'', justo antes del final de la primera temporada, con Fernando Díaz de Mendoza y Ventura Serrano en los papeles protagonistas. La actuación del joven actor fue tan descollante que supuso su consagración como gran figura del Teatro Ventura. El éxito de la representación les obligó a tener que volver a escenificar la obra a petición popular, en este caso ante ilustres espectadores como la escritora Emilia Pardo Bazán o el político Emilio Castelar. Poco después de esta representación se confirmó la relación entre Fernando y Ventura. Tras finalizar la temporada los dos actores aristócratas anunciaron su enlace matrimonial.