La elaboración de salazones constituye una de las tradiciones más arraigadas en las zonas costeras de la Región de Murcia. Además, la calidad de algunos de ellos como el bonito o la hueva de mújol de Mar Menor dan prestigio a estos alimentos consumidos por los habitantes de la zona desde épocas fenicias.
Estos productos son ideales para abrir apetito ya que la salinidad que desprenden actúa en este sentido, tomándose como aperitivo acompañados frecuentemente de frutos secos. Las almendras combinan a la perfección con finas tiras de hueva y mojama. Esta última también se toma aderezada con aceite de oliva virgen o en ensalada con atún y tomate. En algunas regiones españolas, los más atrevidos, incluso añaden mojama a aperitivos a base de piña y almendras tostadas.
El bonito suele maridarse con tomates frescos partidos, también a modo de aperitivo o como primer plato, aunque las verduras y hortalizas de la huerta murciana o el Campo de Cartagena agradecen que las acompañe en diferentes ensaladas.
Las sardinas de bota, por su abundancia y precio económico, fueron durante la posguerra un alimento muy consumido por las clases modestas del sureste español y Andalucía. En la actualidad su consumo ha disminuido, convirtiéndose prácticamente en una delicatessen, pero en la mesa aún se pueden degustar en crudo o frita acompañada con pimientos y tomate. También la carne de estas sardinas se toma en bocadillo acompañada de pimentón y aceite de oliva.
Otra receta típica de la gastronomía murciana que se adereza con sardinas de bota son las migas donde, una vez concluida la elaboración del plato, se colocan sobre él y se sirve.