Compra y conservación
En el mercado regional se pueden encontrar dos tipos principales de carne de pollo: el pollo criado en granja con un tono blanquecino, y el pollo campero con un color amarillento que denota un cambio sustancial en la alimentación y el hábitat (normalmente alimentados con maíz y en semi-libertad).
La presentación en carnicerías y mercados es variada, desde piezas completas a piezas limpias (sin vísceras), piezas separadas como las pechugas o los muslos, así como los menudillos (hígado, corazón y molleja) o carcasas.
Las características de un buen ejemplar de pollo fresco son:
Patas de tonos amarillos claros con piel suelta, lisa y tersa. Sin manchas.
Cuello fuerte.
Muslos gruesos y redondeados.
Pechuga ancha y rolliza.
Ojos brillantes y poco hundidos.
Una vez en casa, en la nevera, el pollo puede conservarse durante dos días tras haberle retirado las vísceras, con ellas no es aconsejable más de un solo día. Tras cocinarlo se podrá conservar durante 3 ó 4 jornadas y si la opción es la congelación puede guardarse hasta 6 meses.
En la mesa
El pollo destaca en las mesas de toda la Península Ibérica gracias a su versatilidad, a las variadísimas recetas que se elaboran con las distintas partes de su cuerpo, así como las diferentes formas de preparación: a la parrilla, cocido, a la plancha, asado, relleno, en ensalada, etc.
Pero además admite cualquier acompañamiento imaginable: verduras, plantas aromáticas, escabeches, adobos, salsas, etc.
Normalmente las presentaciones en mesa varían dependiendo de su preparación, así un pollo asado se suele elaborar con la pieza completa, mientras que para un guiso, arroz o salsa suelen despiezarse los muslos, contra-muslos, alas, cuello y pechuga.
Por norma general los ejemplares más jóvenes son una opción mejor para las preparaciones al horno, mientras en el caso de adultos los guisos, estofados o caldos se adaptan mejor a sus características.
En la Región de Murcia se pueden encontrar recetas con pollo en las diferentes secciones de un menú. De esta forma para los entrantes se puede disponer de pasteles de pollo, mientras que para el primer plato contar con la sopa de pollo o el caldo con pelotas. También en estos primeros destacan guisos como el estofado de carne de pollo y magra o gazpacho jumillano. Para los segundos platos se puede tomar un pollo asado, solo, con verduras o bechamel, así como un arroz y pollo. Nada mejor que concluir con un pastel de cierva.
Además de todos estos platos mencionados, la carne de pollo se utiliza frecuentemente en croquetas, salchichas o hamburguesas.