Antonete Gálvez nació bajo el reinado en España de Fernando VII, la controvertida abolición de la Ley Sálica justo antes de su muerte dejaba el trono dispuesto para la pequeña Isabel.
Estos hechos desencadenaron la primera guerra carlista (1833-1840), entre los partidarios de Isabel y un régimen monárquico liberal, y los que abogaban por la monarquía absoluta encarnada en la figura de Carlos, hermano de Fernando VII, y titular de los derechos dinásticos para los carlistas contrarios a los cambios efectuados en el régimen sucesorio.
En 1843 Isabel II cumple la mayoría de edad y un año después es entronizada, comenzando el período de gobierno liberal presidido por el moderado Narváez, que se prolongaría hasta 1868, con la excepción de la etapa comprendida entre 1854 y 1856, en la que gobiernan los progresistas.
A partir de 1856 el liberalismo moderado se va desmoronando hasta su desaparición en 1868, fecha en la que tiene lugar el pronunciamiento de Cádiz y el derrocamiento de Isabel II, quien se ve obligada a exiliarse a Francia. A partir del final del reinado de Isabel II comienza a brillar en Murcia la personalidad de Antonete Gálvez.
En esta época el movimiento independentista cubano inicia una guerra que se prolongará hasta 1878, mientras que en España el gobierno provisional del General Serrano instaura una monarquía constitucional en la figura de Amadeo de Saboya, quien pronto abdicaría , proclamándose en 1873 la I República.
El nuevo régimen deberá hacer frente a las tensiones con los republicanos, partidarios de acelerar la implantación de una república federal (entre los que se encuentra Gálvez), a un nuevo conflicto con los carlistas y además a la aparición de la revuelta cantonal.
En 1875 Cánovas del Castillo al frente de los alfonsinos, consigue la Restauración borbónica y se inicia el reinado de Alfonso XII que se prolonga hasta su muerte en 1885, cuando comienza la Regencia de María Cristina, período éste caracterizado por el episodio de 1898 en que España perdía Cuba, Puerto Rico y Filipinas.