Isaac Peral con 21 años [Cartagena_Isaac Peral]
Isaac Peral con 21 años
Libro "Isaac Peral su obra y su tiempo"
Callejón de Zorrilla [Isaac Peral]
Callejón de Zorrilla


     Isaac Peral fue el segundo de los tres hijos de Juan Manuel Peral e Isabel Caballero, nacido en Cartagena el 1 de junio de 1851. Su padre era natural de Cádiz y procedía de una familia de militares de la Armada. Como suboficial, éste les habría transmitido a sus hijos, ya desde niños, una vocación vivaz por el mundo del mar, porque también sus dos hermanos fueron marinos. Isaac vivió ocho años en Cartagena, en una casa que aún se conserva hoy en el Callejón de Zorrilla, no muy lejos del puerto. Aprendió las primeras letras con el maestro Luis Britz, en su ciudad natal. Pero en 1859 su padre fue trasladado a San Fernando (Cádiz), donde los dos hermanos, Alejandro e Isaac, ingresarían pronto en el Colegio Naval Militar de San Carlos. Tenía 14 años cuando entró en el Colegio Militar, en 1865. Cursar aquí, la carrera profesional significaba para la familia un gran sacrificio económico, por lo que el joven Peral se esmeraría en conseguir el mejor desempeño. Así, en solo dos años, Isaac obtuvo la distinción de guardiamarina de 2ª, con lo que iniciaba a los 16 años su verdadera etapa profesional como militar de la Armada.

     A lo largo de su trayectoria, Peral destacó en todos los ámbitos por los que transitaba. Con firmeza y gran convicción, se empeñaba al máximo en cada una de sus tareas, como lo demuestran la cantidad y diversidad de condecoraciones obtenidas (por su saliente desempeño militar, por su participación en conflictos bélicos, por un tratado científico...). La vida profesional de Isaac Peral se puede resumir en dos ámbitos de brillante actuación: el Peral de la Marina y el inventor. En todos sobresalía. Ya embarcado en alta mar en diversos destinos militares, ya como docente de la Escuela Militar; también como ingeniero hidráulico, colaborando en emprendimientos eléctricos dentro de la Armada; y, por supuesto, como reflexivo observador. Fruto de esta última cualidad, por la que se ganó en su juventud el mote de 'el profundo Isaac' de parte de sus compañeros. Los  inventos fueron los que le llevarían a la fama, particularmente el del submarino (1888).

     En 1876, Peral contrajo matrimonio en Cádiz con María del Carmen Cencio, hija del médico de la Armada. Llegaron a tener nueve hijos, aunque cuatro de ellos fallecieron de pequeños. Su mujer y sus hijos fueron siempre un apoyo en la vida del inventor y no pocas veces Carmen lo acompañaba en sus viajes a Madrid o a París con motivo del desarrollo de su gran invento. Sin embargo, jamás fue fácil para Isaac avanzar en su carrera y en sus proyectos. Además de las dificultades económicas de sus comienzos, que supo zanjar con un esmerado estudio, otros problemas se sumarían en distintas etapas de su trayectoria personal. En 1880, Peral había ascendido ya hasta Teniente de Navío y poco después se embarcaba en una de sus misiones rumbo a Filipinas. Pero este viaje cambiaría su destino. Un barbero le produjo una herida muy considerable en la sien, que fue el origen de un tumor cerebral.

     A causa de la enfermedad, Peral debió abandonar los viajes y permanecer en Cádiz, donde se dedicó a la docencia en la nueva Escuela de Ampliación de Estudios de la Armada. Sin decaer, aprovechó para dedicarse con pasión a desarrollar su idea de un submarino propulsado eléctricamente y que incorporaba un sistema para disparar torpedos bajo el mar. Era una verdadera revolución para la navegación militar. El submarino estuvo listo en 1888 y un año más tarde estaban acabadas las principales pruebas que garantizaban su funcionamiento. Pero nuevamente tuvo que sufrir el desencanto de ver truncado un proyecto, esta vez a causa de intrigas políticas. Desmoralizado, Isaac abandonó la carrera militar en 1890 y se estableció en Madrid con su familia. Allí fundó su propia empresa de electricidad desde la que concretó muchas otras ideas, como el invento de la ametralladora eléctrica o el trazado de las primeras centrales de electricidad de España.

     No acabarían, sin embargo, las dificultades. Un Peral que trabajó hasta el final en proyectos que conseguían siempre renovarle la ilusión, tuvo que hacer frente a su enfermedad definitivamente. Viajó a Berlín con su mujer y dos de sus hijos para una intervención de urgencia, tras la cual sufriría una infección que le causaría la muerte el 22 de mayo de 1895. Su cuerpo fue trasladado a Madrid poco después. Y desde 1911, a instancias de un ciudadano de Cartagena, Isaac Peral reposa en la tierra que lo vio nacer.