Ricardo Codorníu y Stárico. Cartagena, 1846 - Murcia, 1923.
Primeros años y estudios
Ricardo Codorníu y Stárico nace en Cartagena el 6 de julio de 1846, viniendo a poner la vertiente científica en el seno de una numerosa estirpe de comerciantes, terratenientes y políticos, entre los que aparecen figuras como su abuelo Miguel Andrés Stárico, destacado político durante el reinado de Isabel II, o su yerno Juan de la Cierva y Peñafiel, alcalde de Murcia y ministro.
Aficionado desde niño a las Ciencias Naturales y entusiasta de los árboles y las aves, Ricardo decide estudiar la carrera de ingeniería en la Escuela de Montes de Villaviciosa de Odón (Madrid), formación académica que finaliza en San Lorenzo de El Escorial el 1 de abril de 1871, año de gran importancia en su vida, ya que contrae matrimonio con la también cartagenera Mercedes Bosch y Bienert, con la que forma una familia compuesta por ocho hijos.
Defensa de la naturaleza
Hombre bondadoso, altruista y gran amante de la naturaleza, su preocupación por la cuestión forestal forestal le llevó a entregarse desde joven a esta causa, por lo ingresa en el Cuerpo Nacional de Ingenieros de Montes. Posteriormente sería máximo responsable de la Dirección Hidrográfica-Forestal del Segura y jefe de inspección de Repoblaciones Forestales y del Servicio Hidrográfico-Forestal del Ministerio de Fomento.
En su intensa actividad defensora de la causa forestal, participa en la fundación de la Sociedad de Amigos del Árbol, lo que le valdrá el cariñoso apelativo de "Apóstol del Árbol", con el que se le conocerá el resto de su vida en virtud de su defensa a ultranza de la conservación de los montes.
Reforestación de Sierra Espuña
Hacia 1889 Ricardo Codorníu realiza una visita a la Sierra de Espuña. La desolación que le producen los paisajes descarnados y desérticos que contempla desde el Morrón de Espuña le animan a emprender la ambiciosa empresa de repoblarla en su totalidad, acción en la que no cejó durante toda su vida, convirtiéndose ésta en la actuación medioambiental mas relevante de este ecologista avant la lettre.
La empresa de reforestación había partido en 1888 de la mano de la Comisión de Repoblación de la Cuenca del Segura, pero los estudios orográficos y climáticos llevados a cabo por Codorníu y su labor repobladora lo convierten en el personaje al que debemos el aspecto actual de este paraje natural.
Otra de las acciones importantes de Codorníu, iniciada a finales del siglo XIX, fue la repoblación forestal de Guardamar y la detención del imparable avance de las dunas, iniciándose aquella en 1896 bajo la dirección del ingeniero de Montes D. Francisco Mira y Botella para ser culminada por nuestro personaje.
Reconocimiento público
Ricardo Codorníu también dedicó su vida a la difusión y enseñanza del medio forestal, a partir de conferencias y publicaciones que insistían en la importancia de la reforestación de los paisajes de España. En estas acciones se pone de manifiesto la faceta pedagógica de Codorníu, concienciando a la sociedad de la importancia de los árboles, el monte y las aves, elementos que para él, constituyen un conjunto armónico que favorece la vida y el espíritu humano.
En esta misma línea, editó en 1915 una guía sobre el Parque de Ruiz Hidalgo en Murcia, con motivo de unos paseos botánicos organizados por él para instruir sobre las diferentes especies arbóreas, al tiempo que funda la revista España Forestal y colabora con la Revista de Montes.
Toda esta intensa labor a favor de la Naturaleza será reconocida con valiosas condecoraciones como la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Cruz del Mérito Agrícola, la Encomienda de Alfonso XII, etc...
Dos años antes de su fallecimiento, celebraba las bodas de oro con su esposa, sus ocho hijos, sus veintidós nietos y cuatro biznietos, recibiendo felicitaciones del propio Papa Benedicto XV. Falleció el 26 de septiembre de 1923 en Murcia a los 77 años de edad.
Abuelo de Juan de la Cierva Codorníu
Ricardo Codorníu fue el abuelo materno de Juan de la Cierva Codorníu, inventor del autogiro y la figura más importante de la aviación española en el siglo XX. Influyó de forma considerable en el "modelado" del alma de su nieto, empujándole a tener siempre en cuenta el mundo de las humanidades y le animaba en la manía experimentadora que Juan siempre mostraba. Él fue quien dió la primera lección a Juan sobre aeronaútica, explicándole por qué volaba un avión.