Plato terminado de migas murcianas
Plato terminado de migas murcianas
Plato de migas
Plato de migas

Presentación del plato

     Hoy tenemos para comer un plato calórico, pero depende de la cantidad que nos pongamos y de la chicha que incorporemos.

     Es costumbre hacer migas los días de lluvia por el origen de este económico plato. Como antaño no se tiraba nada a la basura, el pan duro se aprovechaba para hacer torrijas o migas.

     Lo que se hacía era sacar este pan duro al patio para que se humedeciera y así poder cocinarlo.

     En cuanto a los tropezones o acompañamiento de la miga, depende lo que nos apetezca o lo que tengamos más a mano, ¡están buenas con todo! Lo importante es hacer una buena miga.

Ingredientes

- un pan duro
- ajos tiernos
- ajos secoscuchara
- tocino
- salchicha
- longaniza
- morcilla
- harina
- aceite de oliva
- agua
- sal.

Elaboración

     Como comentábamos en la presentación del manjar, lo fundamental es hacer una miga suelta pero cocida, tarea sencilla que necesita su práctica.

Primer paso: preparar el pan duro

     Los abuelos dicen que cuanto más duro esté el pan, mejor y esto tiene una fácil explicación: coge menos agua y son más fáciles de cocinar. También dicen los expertos en migas que si mezclamos dos tipos de pan, mejor. Podemos poner medio pan de un tipo y medio de otro.

     Comenzamos cortando el pan duro en rebanadas y colocándolas en una barreño con agua hasta que queden cubiertas. Para evitar que se eleven y no queden cubiertas por el agua le ponemos algo de peso encima para que las mantenga sumergidas.

     Evitaremos dejar mucho tiempo el pan a remojo porque se nos desharía, por muy duro que esté.

     Una vez mojado, lo sacamos y escurrimos colocándolo en un recipiente y reservamos.

Segundo paso: freímos los tropezones

     A continuación cortamos la carne que le incorporaremos. En esta ocasión hemos optado por hacer las más típicas: salchicha, longaniza, tocino y morcilla.

     Podemos cortar los tropezones una vez fritos, depende del gusto del cocinero. Yo los he cocinado cortados porque me parece más cómodo.

     La cantidad depende del gusto de cada uno, lo ideal es que vayan acompañando a las migas que son el bocado principal.

     Con un buen chorro de aceite doramos los dientes de ajo para que aromaticen el aceite en el que freiremos el resto de ingredientes.

     También le añadiremos unos ajos tiernos porque le dan un sabor muy especial.

     Una vez fritos los tropezones, apartamos.

Tercer paso: cocinamos las migas

     En la sartén donde hemos sofrito la carne echamos el pan que tenemos escurrido. Comenzamos a picar con una rasera de madera o de metal (de un material que no se deforme y podamos darle con fuerza) y no dejamos de moverlas para ayudarle a que se seque el agua que le pueda quedar a la vez que se cuece la miga.

     Una vez veamos que el pan ha perdido un poco de agua, le incorporamos un cuenco de harina que le ayudará a perder el agua y a soltarse más. No dejamos de mover y picar.

     Pasado un rato le volvemos a echar un cuenco de harina sin dejar de mover, así hasta tres cuencos de harina. Así quedarán unas migas finas, secas y muy sueltas. Esto lo conseguimos gracias a la harina y al brazo del cocinero que las mueve con energía. Sazonamos al gusto.

     Tardaremos una media hora en tenerlas a punto.

Cuarto paso: mezclamos con la carne

     Sólo nos queda echarle la carne que previamente hemos frito en esa misma sartén y los ajos tiernos.

     Las morcillas las podemos calentar en un cazo con agua hirviendo o freírlas, pero las pondremos acompañando el plato de migas.

Presentación en mesa y acompañamiento

     Las migas las podemos acompañar de muchos productos: de uva, de verdura, granada, asadura, magra, ñoras, chorizo, hasta con chocolate están buenas.

     Hay muchas recetas de migas: sólo con pan, sólo de harina de harina con un poco de pan, de pan con poca harina... pero el secreto ya sabemos cuál es: pequeñitas y sueltas. Esto se consigue picándolas enérgicamente y sin cesar hasta que están hechas.

     En cuanto a la presentación, también las hemos visto de varias formas aunque la más típica es EN LA PROPIA SARTÉN. Se coloca en medio de la mesa y de ahí se come.

     Granada, uva, rabanitos, pepinillos, aceitunas partidas, pimientos en agua, sal... Todo esto le va genial porque limpian el paladar y rebajan su contundencia.

     ¡Ah! Hay que comerlas calientes y con un vasito de vino casero, acompañado de un grupo de amigos y sin prisa porque mientras queden migas queda fiesta.

     Sólo nos queda decirles: ¡QUÉ DISFRUTEN!