Existen numerosas domus y otros edificios en Cartagena que han conservado restos de magníficos mosaicos principalmente en Opus sectile y Opus signinum.
El suelo del atrio de la Casa de la calle soledad representa uno de los mosaicos en Opus signinum más representativos de la ciudad ya que en él figuran cuatro delfines y ornamentación geométrica.
El triclinium en la domus de la calle Saura, en Opus sectile y con una superficie aproximada de 64 m2, representa figuras geométricas como rombos, círculos o estrellas, pero todo ello realizado en mármoles de atractivos colores cálidos como el amarillo o anaranjado traídos de las mejores canteras imperiales.
También la Casa de la Fortuna posee un gran mosaico de Opus signinum para el pavimento de tres de sus estancias con una gran variedad de motivos geométricos en teselas blancas.
El triclinium de la domus ubicada en la calle Palas muestra uno de los mosaicos de Opus sectile mejor conservados de la ciudad, con motivos geométricos en tonos blancos, negros-grisáceos y marrones-rojizos con una superficie total de 6'80 por 5'60 metros (en la actualidad se puede visitar en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena Enrique Escudero de Castro).
En la Casa de Salvius (encontrada en los primeros años del siglo XXI), destacan por su complejidad y alto nivel de conservación los mosaicos ubicados en el triclinium y en uno de los posibles oecus de la vivienda. Este último da nombre actualmente a la domus ya que en su interior se emplazo la palabra SALVIUS, aunque aún no se conoce a ciencia cierta si era el dueño de la vivienda o el artista que realizó el mosaico.
Algunos de los mosaicos encontrados por las excavaciones arqueológicas se disponían en algunos de los edificios públicos más representativos e importantes de la ciudad. Es el caso del situado en el interior de la Curia, en Opus sectile con una gran riqueza decorativa en formas geométricas y mármoles de colores; así como el pavimento encontrado en el pronaos del Augusteum, un damero bicolor como antesala de la estancia con la imagen del emperador.
Tipos de mosaicos
Los mosaicos son obras artísticas compuestas por piedrecillas de diferentes colores llamadas teselas que forman dibujos o escenas en superficies planas como suelos (mayoritarios en la producción de Carthago Nova), paredes y techos. Su origen en Roma parece estar, al igual que en la pintura, en Grecia, aunque han sido hallados vestigios de mosaicos en islas como Creta e incluso en Mesopotamia, probablemente anteriores a los helenos.
Los mosaicos romanos se basan en la pintura, copiando íntegramente la temática de esta, pero con la ventaja de que su duración en el tiempo es mayor, de hecho en Carthago Nova se conservan un número mucho mayor de ellos que de fragmentos de pintura.
Los mosaicos romanos u Opus tessellatum tenían diferentes tipos dependiendo del tamaño de las piezas, la temática, los dibujos o el lugar donde quedaría finalmente ubicado entre otros. Así se diferenciaban:
Opus vermiculatum. Realizado mediante teselas muy pequeñas con las que se conseguía alcanzar un gran nivel de detalle.
Opus musivum. Destinados a decorar o tapar los muros.
Opus sectile. Eran utilizadas piezas de mayor tamaño, componiéndose figuras con mármoles de diferentes colores. En la ciudad de Carthago Nova se han encontrado magníficos ejemplos de esta tipología en domus urbanas.
Opus signinum. Su nombre proviene de la ciudad italiana de Signia (hoy Segni), ubicada en la región del Lacio y rica en alfares. Este pavimento se obtenía tras una mezcla de polvo coloreado, procedente de los desechos de la fabricación de tejas, y cal, obteniendo un cemento rojizo muy compacto e impermeable que se decoraba con pequeñas teselas de colores. Era muy utilizado en suelos y como revestimiento de piscinas o estanques, aljibes y cubas de salazón.