La Carrera
Día 2 de Mayo - 14:00 h.
Lugar: Cuesta del Castillo
Al mismo tiempo del baño en el vino, los primeros caballos han empezado individualmente a ¿correr la cuesta¿. No hay temor a perderse este esencial ¿casi rito¿ de los caballos, porque son unos sesenta los que competirán en intervalos de unos tres a cinco minutos. Nos restan unas dos horas y media hasta ver el último. Salimos del Santuario y con dificultad nos podemos acomodar en el final de la subida junto a la única puerta de la fortaleza.
Tenemos tiempo de presenciar aquí unos cuantos caballos y bajar poco a poco hasta la mitad del recorrido para tener otra perspectiva de visión o si podemos, llegar hasta el inicio para verlos en perspectiva inversa a la del final por donde comenzamos.
En todo caso, se recomienda precaución y no colocarse en el centro por donde los caballos van a abrir espacio, porque el peligro de algún disgusto puede acecharnos. La carrera es un espectáculo y acción brava, fuerte, de lucha contra el tiempo y de competición.
No es un divertimento para aburridos y curiosos. El caballista auténtico pone su honor de tal en la acción de once a veinte segundos que emplea su caballo en subir; quiere ganar el primer puesto y espera este momento todo el año.
Los caballos (la mayoría) van veloces como el rayo y los cuatro mozos deben saber dirigir al animal, corriendo a su compás, para que no se desvíe hacia los lados, sino abriendo paso, rasgando como un cuchillo a la multitud que se agolpa.